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miércoles, 29 de mayo de 2013

Escenas de bares

He aquí una de las entradas de mayor éxito en nuestro pueblo y en la cultura española en general. Los bares: centros de reunión donde se cierran tratos, se hacen amigos y se intenta "arreglar el mundo". Hasta se redactó nuestra constitución en un bar.
Por ello, y por tantos bares que fueron y otros que por suerte persisten. Ahí queda eso.
Esta es una típica escena en el Casino de Peñaflor, en una de tantas partidas de cartas en una gran mesa entre amigos: Luis Ostos, Manuel "Pestaña", Antonio Muñoz de pie, Antonio Peligro en el centro, Antúnez y Polonio "El Cartero".

Otra escena típica de un bar en invierno, alrededor de una mesa, los amigos disfrutan de una tapa y unas cervezas, arrimados al brasero de picón. Está de Izquierda a derecha: Manolo Mendoza, Luis Ostos, Manolo "El Municipal", Peligro "El panadero" y Polonio "El Cartero".

Una de tantas bonitas escenas en el Bar de Espino o Bar central con los mismos azulejos que en la actualidad y al borde de una mesa de grandes amigos: Peligro junto a Ignacio Aguirre y su hermano, Polonio "El Cartero", Luis Ostos, Pepe Carrera, (padre del actual barman de este precioso bar) y Manuel Osuna con unos cebollinos en la mano y unas tapas. Gracias por conservar la solera de este bar tradicional en la calle Largo, Juan Carlos I.

domingo, 26 de mayo de 2013

Personajes de Peñaflor: D. Francisco Romero Cruz

Muchas veces, se repite el dicho ese de que no se es profeta en su tierra, y es que aunque se sea tan importante como es el caso, a veces no llegamos a conocer a quienes de verdad llevan a Peñaflor por bandera fuera de nuestra patria chica, más allá de Despeñaperros e incluso cruzando los Pirineos.
A través de nuestra amiga Conchi Romero, asidua seguidora de este blog, hemos conseguido la información que necesitábamos para brindar este merecido homenaje.

Francisco Romero Cruz, nació el 9 de noviembre de 1945 en Peñaflor. Igual que harían muchos de su generación inquieta, tuvo que marchar de las tierras bañadas por el Guadalquivir para irse a las del Tormes, licenciándose en Salamanca en 1967 y en 1973 se doctoraría con una Tesis sobre el sentimiento de la naturaleza en la literatura griega tardía, dirigida por el profesor Ruipérez.

Allí echaría raíces familiares y académicas, haciéndose titular de Filología Griega en 1975.
Muchas generaciones aprendieron griego y asistieron a sus clases en sus casi 25 años en activo, mostrando siempre sus grandes pasiones, la novela griega y la historia en prosa, sobre todo Tudídides y Longo. Diversos estudios, congresos, investigaciones y participaciones enjornadas lo ensalzan hasta que tiene que retirarse de esta fructífera vida académica prematuramente por causa de su enfermedad.
El 11 de noviembre de 1999 la Facultad de Filología y el Departamento de Filología clásica e Indoeuropea de la Universidad de Salamanca le ofreció un emotivo acto de homenaje, en el que le hicieron entrega de un libro de filología dedicado en su honor por profesores compañeros de la Facultad titulado "Kalón Theama: Estudios de Filología Clásica e Indoeuropeo"


Desde aquí nuestro pequeño homenaje a este insigne cuco.

sábado, 11 de mayo de 2013

La Rondalla de Peñaflor

Seguro que a raiz de esta entrada saldrán muchas más fotografías que aun permanecen en vuestras "cajas de membrillo" esperando entrar en nuestro blog. Y es que la rondalla o tuna ha tenido muchos momentos de gloria, sobre todo en los años 60, cuando un nutrido grupo de jóvenes recorrían las calles por la noche, ataviados con el típico traje de tuno y sus famosas girnaldas en la capa, guitarras, bandurrias y panderetas, cantándoles a las jóvenes casamenteras las mil veces tarareadas canciones como "el Clavelito", "Cielito Lindo", "Corazón", "Noche Clara"...
En los años 50s y 60s José Reina, José Linares, José Reyes y Juan Palomo en la renombrada tuna con sus laudes, bandurria y guitarra. Todo un placer escucharlos entonar una de sus serenatas.

Aquellas voces se apagaron y surgieron de nuevo en las distintas décadas, hasta desaparecer como tuna, para resurgir como campanilleros, muchos de los cuales formaban parte de aquellas primeras agrupaciones.
Con la pandereta Paco Muñoz (Lorilla), junto con sus hermanos Pedro de niño y su hermana Mariló.
Abajo Carmelo, Loreto y Sergio Carranza, sentados mientras tocan una de sus famosas canciones.

La capa de tuno era un bien muy preciado por la estima que tenían sus miembros y su romántica imagen. Aquí Antonio García Cruz, aunque no perteneció a la tuna, posa con la capa y el la bandurria, una ilusión de muchos.

Con la llegada de la discoteca y los locales nocturnos, las románticas salidas a la luz de la luna se fueron, pero en la actualidad hay un nuevo empuje por conservar la tradición de los campanilleros recorriendo no solo las calles de Peñaflor sino todos los alrededores con sus sones populares y navideños.
Invitación de una de las actuaciones de los Campanilleros de Peñaflor en la Navidad de 2008. En la actualidad ensallan y llenas la Pascua de tradicionales y bellos sones.

lunes, 6 de mayo de 2013

Las panaderías: La panadería de Rosenda

Al igual que otros gremios de tradición y fama en Peñaflor como el de los zapateros, los panaderos han ocupado desde siempre un rincón especial en el corazón de los peñaflorenses.
Multitud de panaderías han ido surgiendo, y todavía lo siguen haciendo por todas las calles de nuestro pueblo, aunque las tradicionales conservan ese sabor y olor característico, como cuando íbamos con nuestra madre a comprar un mollete o unos dulces con nuestra talega de tela.
Hoy os contaremos la historia de la "Panadería de Rosenda", que hoy en día ya no disfrutamos pero que hace solo poco más de una década todavía seguía en la calle Ramón y cajal.
Su historia comienza a principios del siglo XX, cuando Manuel Sánchez Salguero contrae matrimonio con Rosenda Sánchez Gallego y arrendarían una panadería en Lora del Río, viviendo allí por un tiempo.
En 1907, ya viviendo en la calle Ramón y Cajal nº 20 de Peñaflor, nace su hija Atanasia quien continuaría con su negocio, y luego también nacerían María y Antonio.

En 1930, Atanasia se Casa con Alonso García Muñoz, también panadero, trasladándose a La Puebla de los Infantes, trabajando en la panadería de Luis Angulo.
4 años después, con la muerte de su padre, se hacen cargo de la panadería familiar en Peñaflor y tuvieron a sus hijos Manolo, Paco, Rosenda y Pepe Luis. Los dos mayores empezarían a trabajar en este negocio con 10 o 12 años, junto a Pepe Recio.
Otras personas que trabajaron en esta panadería fueron Francisco Pedroso, Alonso Gallego, Antonio Bonachera (comenzó siendo un niño), Enrique "Lagañita" y por último Antonio Peligro con Carlos Doblado y Román si hacía falta.
En 1965 deciden reunirse las 4 panaderías de Peñaflor en una cooperativa llamada AGRUPANFLOR S. L. comprando un solar en la calle Huelva y siendo sus socios Antonio Mallén Rodríguez, Juan Riejos Fernández, Atanasia Sánchez Sánchez y los hermanos Antonio y Eduardo González Cruz, siendo apoderados los hijos de Atanasia.
Allí trabajaron: Alfonso Gallego, José Recio, Sebastián Peligro, Manuel López Doblado, Sebastián Gallego, Antonio Sánchez Morente, Arévalo, Román Ortíz, Curro, Castillo, José Antonio Colorado, Carlos Doblado y como limpiadora Antonia la de Escudero.
En 1982 se disuelve dicha cooperativa y el mismo año, los hermanos Manuel y Francisco García Sánchez montan una panadería en el local del antiguo Bar "El Loro" en la plaza Virgen de Villadiego, propiedad del suegro de Francisco.

Manolo García, Pepe Recio, Antonio Bonachera, Paco García y Jose Luis García en la Panadería de Rosenda. 

En la panadería se hacían teleras cordobesas, bobas, cantos y molletes. A los 18 años, Paco aprendería en Córdoba a hacer vienas de pan blanco (en la época de escasez se hacían de harina de cebada o maiz en vez de trigo).
En 1945 la panadería comenzó a modernizarse: Se implantó un nuevo horno que cambió la jara por leña para calentarlo y el "malacate" maquina accionada por un burro para refinar la masa) se cambió por  una refinadora mecánica.
Tras la guerra, el pan se daba en los despachos a través de los cupones de las cartillas de racionamiento. Vendiendo el escedente de este bien tan preciado.
Antes el pan se amasaba de día y se repartía a caballo o mulo por la tarde, pero tras la guerra se amasaba de noche y repartía por la mañana.
Aún recuerdo a Paco y Manolo y su mujer Carmela, en su panadería del horno y  Ramón y cajal.
Los oficios son la esencia de los pueblos por eso siempre deberían prevalecer.