Hoy la entrada va dedicada a una asociación de nuestro pueblo que también promueve los recuerdos y las vivencias a través de objetos antiguos. Me refiero a la Asociación "Clásicos Celti Peñaflor", que participa y exhibe vehículos antiguos y los hace circular por nuestras calles. Ya tiene numerosos socios que realizan actividades relacionadas con el mundo del motor clásico y antiguo.
Este fin de semana tendremos un evento que organizan en Peñaflor: "La III Concentración de vehículos Clásicos" en Peñaflor. Aquí, al final, tenéis el cartel. Espero que disfrutéis viendo aquellos coches que una vez circularon por nuestras calles.
A principios de siglo, el pujante Peñaflor veía un revolucionario medio
de transporte por sus calles. Aunque la fuerza animal siguió siendo el
principal medio, comenzó esta revolución hasta la actualidad, cuando los transeúntes tenemos que lidiar con los coches, casi uno cada dos
habitantes.
Pero aquellos primeros viajes en coche tuvieron que ser toda una
aventura para sus ocupantes, no solo por la experiencia nueva sino por
la inseguridad de esa "monstruosa máquina" que alcanzaba la sorprendente
velocidad máxima de 70 km/h.
Dicho modelo producido entre 1908 y 1927, se creó con la idea de disminuir los costos de producción y aumentar las ventas. Destinado a una clientela rural, era un vehículo muy alto, lo que le permitía recorrer los caminos de granjas y atravesar zanjas -en Francia se le llamó la araña- por su color y su forma de agarrarse a los polvorientos caminos del campo. su motor de cuatro cilindros y tan solo 20 Cv de potencia alcanzaba la velocidad máxima de 71 km/h, con un peso contenido para su época de 540 kilogramos; consumía un litro cada 5 km. Los precios iban de US$800 a US$1000 dólares.
La versatilidad y robustez de estos primeros vehículos lo hicieron aptos para recorrer campos y fincas de dehesa. El tractor, tan revolucionario en las labores agrícolas comenzó a aparecer poco antes de estos coches y a algunos lugares llegó mucho después.
Esta foto es de esas que encuentras en una caja de membrillos y no sabes porqué está ahí, hecha en la calle Largo posiblemente alrededor de los 50s. Junto a sus dos protagonistas un magnífico coche de la época. Seguramente sería uno de los pocos que circularían por las calles de Peñaflor.
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