Otros idiomas/ Other languages

domingo, 28 de enero de 2024

La influencia de una gran persona: Seminaristas

 Se dice que de buenos maestros salen futuras generaciones de maestros. Igual pasa en cualquier oficio en el que, el que enseña, transmite su pasión al que aprende. 

Y es que el gusto por lo que se hace se transmite indudablemente, haciendo ver lo mejor de las personas.

Esto ocurrió, sin duda, en una época pasada que nuestros padres y abuelos recuerdan siempre con cariño y que, a pesar que pasen los años, siempre cuentan con ese brillo especial de los ojos.

Era una época, aún en franquismo, pero llena de buenas intenciones, de no tener mucho pero cuidar de lo importante y sobre todo de comenzar a volver a vivir con alegría con lo que se podía.

Aquella época en Peñaflor se recuerda como la época de D. José "el Cura".

Este sacerdote llegó a Peñaflor en una sociedad aun anquilosada en los viejos valores, el respeto y el temor... y más a las autoridades locales y religiosas, encargadas de velar por la rectitud de formas. Pero desde el principio se le vio otro cariz, lleno de ideas y aperturismo, de llenar los corazones a base de buenas obras y de "hacer pueblo y hacer iglesia".

Los monaguillos por aquel entonces eran numerosos y disfrutaban de lo lindo con los juegos y anécdotas con D. José. incluso los llevaba de excursión e incentivaba a los más jóvenes con sorteos de juguetes y otras cosas que no abundaban en sus casas.

no se cortaba a la hora de hablar con los adolescentes y mayores y su afable personalidad pronto le rodeó de un séquito inseparable que idolatraban su forma de ver la vida.

En los 70's, en la Calle Blas Infante, tras la Guardería Santa Cruz están de izquierda a derecha y arriba abajo: Pepe, Antonio Ramírez, Paco León, D. José "El Cura", Rafael Domínguez, Dionisio, Juan Parra, Juan Antonio García, Pepe Ruiz (El cartero), Fernando Cruz, Pepe Mallén, Manuel Domínguez, Bartolo Martín, Manuel Montoro, Sergio Cruz, el pequeño Rafael Fernández, Pepe Domínguez, Antonio García y mi padre Lorenzo Parra.

Tanto fue así, que de esa época salieron muchos nuevos seminaristas, aunque luego muchos de ellos no llegaron a ser sacerdotes.

Muchos son vecinos nuestros hoy en día y pueden dar Fe, nunca mejor dicho, de aquellos días y las enseñanzas de aquel buen cura y buen hombre.

Nuestro amigo Rafael Velasco Riejos nos ofrecía esta otra foto y su valiosa información:

De pie y de izquierda a derecha (indicado con S= seminarista):
Juan Copete Carmona (S), Jesús Tallón (S), el chiquillo que está delante es Francisco Lopera que ya hacía sus pinitos como monaguillo, a continuación Juanito (S) (de la familia de los Santos); Enrique Rosado Cruz "Riotinto" (S). A continuación, D. José, Francisco Sánchez (S), Francisco Bajo Largo (S) y Manuel Escudero (S), muchos de ellos ya fallecidos.
Agachados o sentados, de izquierda a derecha: José Luis Parra, Eduardo Meléndez, Rafael Velasco (S), Pedro Luis Meléndez (S), Felipe Vilchez (S) (hijo de un guardia, que se trasladó a Sevilla para que sus hijos estudiaran) y Rafael Meléndez (S).

Y el mismo Rafael Velasco nos cuenta:
Serían los años 1963-64 cuando hubo un boom del número de seminaristas en Peñaflor. Pudo deberse a la puesta en funcionamiento del Seminario menor de "Santa Mª de los Ángeles" en Hornachuelos, para los que se inclinaban por Córdoba y el de Pilas para los que preferían Sevilla, como fue el caso de Rafael Velasco. La inauguración del de Pilas, a principios de los sesenta, fue tan sonada que conllevó hasta el rodaje de una película a nivel nacional de José Luis Ozores, Enma Penella.... que se tituló "Alegre Juventud", sobre los amores de un seminarista.

Realmente estos seminarios se crearon con una mentalidad diferente a como habían funcionado antes: con mucha más apertura. Los seminaristas debían participar más integrados en la sociedad en grupos como los Scout, o colaborando en temas de ayuda a gentes, etc...
En el caso de Peñaflor tuvieron "el terreno abonado" en la persona de D. José, que no solo buscaba los medios económicos (becas de señores particulares como Dª Enriqueta de la Cova) sino que siempre los animaba diciéndoles que probaran, con esa frase que aún recuerda bien: "Antes que un mal cura prefiero personas de bien y buenos padres de familia..." 
 

Enrique Rosado Cruz "Riotinto" en el seminario, desde muy pequeño. Llegó a dar misa antes de renunciar a sus votos sacerdotales y formar una familia.

 
Muchos compartieron buenas vivencias en distintas formaciones como los Boy Scout, la banda de cornetas, los guateques o cabalgatas. Aquí en esta foto donde hay muchos seminaristas en la época de Don José "el cura". Aquí celebrando cuando hicieron cura propio de Peñaflor a D. José. Están: Manuel Muñoz, D. Luis "El Practicante", Antonio Velasco (padre de Rafael Velasco), Juan Pedro, Antonio Riejos "El Porrito", D. José, Antonio Fernández, Fernando (seminarista), Cristóbal Bajo, Polonio "El Cartero", Enrique Rosado Cruz "Riotinto" (seminarista), Francisco Sánchez y Francisco Bajo Largo (seminarista).
 

Aquí en una foto histórica en color, están en el centro el sacerdote saliente Don José Sánchez y el entrante Don Eugenio Hernández y, ambos lados, tres de sus incondicionales monaguillos de siempre: José Luis Parra Fernández a la izquierda y Lorenzo y Antonio Lopera Fernández a la derecha de ambos. Quizá fuese ésta una foto en una ceremonia especial pues están ambos sacerdotes en la Parroquia de San Pedro Apóstol aunque entre la época de cada uno como párroco estuvo en nuestro pueblo el cura Don Manuel por breve tiempo.
 
   Ángel "Canastos", Lorenzo Sánchez, Manuel García Domínguez y Manuel Domínguez Fernández.
Abajo Francisco Lopera y a la derecha el mismo Jose Luis Parra junto a otro hermano de Antonio y Lorenzo, Francisco Lopera.
 
He aquí la foto del recibimiento de Don José en Peñaflor:
 
En esta foto del recibimiento en la ermita de Villadiego que nos ofreció Juan Antonio Rodríguez (de la "Ciudad de Málaga"), aparecen entre otros muchos: Octavio Fernández (que fue alcalde), Francisco Fernández Távora, Lorenzo Muñoz "Lorencito el del camión", Antonio Meléndez, Antonio Carranza, Fernandito, Polonio "el Cartero", Rafael Carranza, Vicente Fernández, D. José Sánchez Orge, Juan Montoro, Jesús Mendoza, Curro Espino, rogelio Cruz, Juan Carranza y Arturo Fernández. Como curiosidad, el primer hombre de rodillas por la izquierda me dicen que puede ser mi bisabuelo Lorenzo Fernández Sánchez, quien fundó el mote "Lagarto" en Peñaflor. 

Aquí el recorte de prensa de la toma de posesión de D. José Sánchez como sacerdote de Peñaflor.

 Todos recuerdan los Boy Scout, el Club de "La cajilla de Mixtos", la banda de cornetas y tambores, los equipos de fútbol, las excursiones con D. José "El cura" y las mil y una correrías por el río, la barca, el Arroyo de las Moreras,  la Coscoja...


Eta otra en una de sus fiestas del club "La Cajilla de Mixtos" están de izquierda a derecha: Fernando Cruz, Manuel Domínguez sobre su hermano Rafael Domínguez, José Mallén y Antonio García, Juan Parra. Debajo de estos Sergio Cruz, mi padre Lorenzo Parra, Antonio Ramírez, Paco León y Dionisio García junto a D. José Sánchez Orge "El Cura". A su lado Rafael Fernández Pepín Ruiz "El Cartero", Manuel Montoro, Pepe Domínguez, Juan Antonio García, Pepe León y Bartolo Martín.

En otra entrada tratamos una de aquellas famosas excursiones con Don José, con varias anécdotas que me cuentan sus protagonistas. Puedes leerla también haciendo click aquí: Excursión con Don José

domingo, 21 de enero de 2024

San Sebastián en Peñaflor: de la antigua cofradía y hospital a la celebración hoy extinta.

San Sebastián fue un mártir cristiano y a la vez llegó a ser capitán de la primera corte de la guardia pretoriana, un cargo que sólo se daba a personas ilustres.Su onomástica se celebra el 20 de enero y, a parte de pedirle auxilio para combatir las epidemias, San Sebastián es también el patrón de los arqueros, ballesteros, y de los fabricantes de flechas y de agujas de coser.

Nació en Narbona (Francia) en el siglo III y en la infancia es trasladado por su padre a Milán donde comienza su carrera militar. Aunque su destino era ese, su conciencia le impedía participar de los sacrificios a los dioses y otro simbolismo pagano. Con su ascenso en el ejército depuró este de cristianos, pero fue delatado, siendo condenado por el emperador de occidente, Maximiano, a morir asaeteado por varios arqueros. Por eso, la representación siempre es vestido de romano, semidesnudo, apoyado sobre un madero o cruz y con varias flechas clavadas en el torso.

En ese martirio no moriría y sobreviviría gracias a sus seguidores y sobre todo a Irene, que lo ocultaría hasta su recuperación. Este hecho no serviría de nada pues se vuelve a presentar ante el emperador pidiéndole que cese su persecución cristiana, condenándole este a morir por latigazos.

En nuestra Iglesia de San Pedro Apóstol la presencia hoy de esta advocación está presente pero de forma muy sutil, encontrándose la efigie del mártir en lo más alto del Retablo Mayor, a la izquierda, con un tamaño mediano


 Pero este testigo tiene que ver con su protección contra la peste que ya desde el siglo VII se invocaba en Roma y en España en varias de las ocasiones en que esta enfermedad diezmó a la población.

Lo que no tanta gente sabe es que tuvo hermandad propia en nuestro pueblo, e incluso una ermita con su advocación, que no fue otra que el edificio al que se unió la posterior capilla de Jesús Nazareno. En ese mismo lugar existió junto a la ermita de San Sebastián un hospital de la caridad para transeúntes y pobres, según las crónicas de nuestro archivo parroquial. posiblemente también tratarían a los enfermos de peste en esas épocas nefastas.

Hay una primera mención del año 1651, cuando se describe un terreno perteneciente a los bienes de la capellanía que el licenciado Dº Juan Ponce de Loyola funda en la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol, "que lindaba con la Huerta Chica, o de Dº Juan de Cañaveral, Señor de Peñaflor y veinticuatro de Córdoba, y con tierras de la Ermita de San Sebastián (2 fanegas de tierra de pan)."


Esta pertenencia viene a contarnos la existencia de una antigua cofradía bajomedieval bajo la advocación de San Sebastián que erige el edificio mudéjar de la ermita y el hospital para cumplir con su misión asistencial.

La Hermandad de Jesús nazareno de Peñaflor se agregó a dicha ermita en 1676 con licencia Arzobispal del 8 de septiembre de ese año.

Francisco López de Jerez, quien fue el primer Hermano Mayor conocido de esa cofradía, pide que se traslade la hermandad desde la iglesia de San Pedro Apóstol por no tener ya cabida, hasta aquella ruinosa ermita y tendrá que ser él mismo el que costee con su dinero y con algunas limosnas, la reconstrucción del inmue­ble "destrossado e ynabitable por no tener mas que las paredes"; También nos describe el edificio, que sólo tenía "un quarto para acogimiento de Pobres pasajeros", mientras que la capilla era una sola nave, con claustro y sacristía, tenía "dos autores en que se zelebra y ottro en que se deposittan los pasos de Semana Santa ninguno tiene rettablo reduciéndose a nichos con Ymagenes de escultura."

Igualmente en palma del Río existió un hospital de San Sebastián, hoy residencia de Mayores, que conserva un buen archivo documental que tuve el honor de poder consultar y en el que hay muchos datos de habitantes de nuestro pueblo desde el siglo XVI, relacionado con posesiones de dicho antiguo hospital.

La celebración de esta onomástica era de seguida tradición hasta bien entrado los 70's, cuando tras la rogativas y gracias por su intersección, se tenía la costumbre de ir al campo, como un día de Almenara, a comer en familia y recoger los productos de esta época, como espárragos y palmitos.

Recuerdo que siempre decía mi abuela aquello de "Por San Sebastián, mochilas alante, mochilas atrás... sacas las niñas a pasear y las metes a pedrás".
Esta era una foto típica de un día de San Sebastián en Peñaflor, cuando las familias enteras iban andando por la carretera de Almenara en dirección a la sierra. Aquí se ve a mujeres y niños cargando con cestas de comida, varas para hacer caer las bellotas y aceitunas y hasta una escopeta de caza que porta Rosita Martínez (mujer de Segundo "el de la gasolinera"). Era típico también la recogida de Palmitos, palmauvas y otros frutos de la dehesa.


 Representación de San Sebastián asaeteado. Una imagen muy similar a la estatua que existe en la parroquia de San pedro Apóstol de Peñaflor.

domingo, 14 de enero de 2024

San Antón: Patrón de los animales de compañía

San Antón ya se celebra en algunos lugares de España y el mundo, pero su onomástica es el proximo 17 de enero. Aunque es una celebración propia de otras regiones como Madrid o Aragón, no deja de ser algo que nos define el apego que tenemos por nuestras mascotas, animales de compañía que forman parte de nuestras familias y dan ese cariño inigualable y momentos que recordar.

A veces es tal el grado de complicidad y la humanización de estos seres vivos, que llegan a hacer cosas propia de sentimientos humanos. "Le hace solo falta hablar" se ha escuchado en más de una ocasión.

Mi abuelo siempre me contaba la inteligencia de sus parros de aguas, cuando trabajaba como vaquero y que incluso discutía con ellos y se disculpaban como si fuesen iguales. 

¿Qué cazador no tienen esa relación con sus perros? o incluso con su pájaro perdiz, como en la siguiente foto de José Álvarez, padre de Dolores Álvarez:

En el reverso de esta foto reza así: "Naranjito, todo un ejemplar" (haciendo referencia al perdigón que sostiene José Álvarez Prieto). Esta foto nos la cede Dolores Álvarez, de su padre.

 

Recuerdo de pequeño, ir a andar con mis abuelos hacia Almenara o por el canal  y observar en más de una ocasión que un perro callejero nos seguía en todo el camino, a distancia. Al llegar al pueblo, volvía a desaparecer. Con el tiempo, supe que era un perro muy especial que incluso asistía a las ceremonias de la iglesia y no se perdía un entierro, sin renunciar a vivir en la calle.

El cura de por entonces, D. Ramón Lumbera Gómez, llegó a bautizarlo y ponerle el nombre popular como le conocían, "Ramoncín". Todo el mundo en los 90's lo conocíamos en Peñaflor. Era también un perro de pelo largo como perro de aguas con algún cruce de terrier.

Para muchos galgueros, sus perros son su joya más preciada y no escatiman en caprichos para estos valiosos canes. 

Francico Villarino y su galgo, gran afición de la población de entonces que aún se lleva a cabo, pero en menor medida.

Antonio León "Cangilón" y Chico dentro de la barra del bar con su perrillo.

  

Esta curiosa foto nos habla de aquel tiempo pero además nos muestra las curiosidades de este oficio perdido. Parece ser la barca de Anacleto transportando a 10 personas, entre la que se encuentra Ana Carranza Carmona, "La Celestina".
También podéis observar como uno de los ayudantes del barquero maneja el cable tensor para dirigir la barca al otro lado del río. Éste utilizaba una especie de garrote para hacer palanca sobre el cable de hierro trenzado.
Detrás de la barca viene un perro nadando seguramente detrás de uno de las personas que cruzaban en la barca. Muestra de la fidelidad siempre de los perros a sus amos. les siguen al fin del mundo.

 
Aquí Francisco Ruiz y Emilia junto a sus hijas Pepi y Mari, acompañados de sus perros, mientras criaban patos.

Lorenzo Fernández Dantas a la izquierda y su hermano Antonio, a la derecha, en su famoso carro y la burra que sabía "cesar" para atrás a la voz de su dueño. 
Los animales de carga eran nobles y fieles, irreemplazables en muchas de las labores agrícolas de antaño y muchas otras. Eras muchas las que se conocían el camino diario y podían recorrerlos solas. Las "corrientes" empedradas de las casas antiguas recuerdan que cada día entraban y salían "las bestias" por la misma puerta que su dueño, desde las cuadras que siempre había al fondo del corral de las casas.
 
Acceso principal de la casa desde el interior con suelo empedrado 
Foto de una casa Rural actual que conserva el suelo empedrado del pasillo central tal y como existen aún en lagunas casa de Peñaflor, al tenr antiguamente animales de carga en las cuadras de la casa.

Otra anécdota familiar es la crianza por parte de mi abuelo Lorenzo de un cerdo, cebándolo en la casa, para venderlo en el futuro y comprar el ajuar de su boda. Aquel dinero le sirvió incluso para comprar su habitación de matrimonio. pero lo curioso es que había sido un lechón rechazado por la madre y lo crió con una perra que tenía en casa y que también había parido recientemente. El cerdo se crió como si fuese un perro y, cuando lo llevó al campo, no se comportó nunca como uno de su especie sino agresivo como el perro pastor que era su madre adoptiva. No había ningún perro ajeno que pudiese doblegarlo y hacerlo andar con el resto de la piara. Como esta historia seguro que habréis escuchado algunas o incluso vivido. ¡Estaré encantado de escucharlas!