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domingo, 14 de enero de 2024

San Antón: Patrón de los animales de compañía

San Antón ya se celebra en algunos lugares de España y el mundo, pero su onomástica es el proximo 17 de enero. Aunque es una celebración propia de otras regiones como Madrid o Aragón, no deja de ser algo que nos define el apego que tenemos por nuestras mascotas, animales de compañía que forman parte de nuestras familias y dan ese cariño inigualable y momentos que recordar.

A veces es tal el grado de complicidad y la humanización de estos seres vivos, que llegan a hacer cosas propia de sentimientos humanos. "Le hace solo falta hablar" se ha escuchado en más de una ocasión.

Mi abuelo siempre me contaba la inteligencia de sus parros de aguas, cuando trabajaba como vaquero y que incluso discutía con ellos y se disculpaban como si fuesen iguales. 

¿Qué cazador no tienen esa relación con sus perros? o incluso con su pájaro perdiz, como en la siguiente foto de José Álvarez, padre de Dolores Álvarez:

En el reverso de esta foto reza así: "Naranjito, todo un ejemplar" (haciendo referencia al perdigón que sostiene José Álvarez Prieto). Esta foto nos la cede Dolores Álvarez, de su padre.

 

Recuerdo de pequeño, ir a andar con mis abuelos hacia Almenara o por el canal  y observar en más de una ocasión que un perro callejero nos seguía en todo el camino, a distancia. Al llegar al pueblo, volvía a desaparecer. Con el tiempo, supe que era un perro muy especial que incluso asistía a las ceremonias de la iglesia y no se perdía un entierro, sin renunciar a vivir en la calle.

El cura de por entonces, D. Ramón Lumbera Gómez, llegó a bautizarlo y ponerle el nombre popular como le conocían, "Ramoncín". Todo el mundo en los 90's lo conocíamos en Peñaflor. Era también un perro de pelo largo como perro de aguas con algún cruce de terrier.

Para muchos galgueros, sus perros son su joya más preciada y no escatiman en caprichos para estos valiosos canes. 

Francico Villarino y su galgo, gran afición de la población de entonces que aún se lleva a cabo, pero en menor medida.

Antonio León "Cangilón" y Chico dentro de la barra del bar con su perrillo.

  

Esta curiosa foto nos habla de aquel tiempo pero además nos muestra las curiosidades de este oficio perdido. Parece ser la barca de Anacleto transportando a 10 personas, entre la que se encuentra Ana Carranza Carmona, "La Celestina".
También podéis observar como uno de los ayudantes del barquero maneja el cable tensor para dirigir la barca al otro lado del río. Éste utilizaba una especie de garrote para hacer palanca sobre el cable de hierro trenzado.
Detrás de la barca viene un perro nadando seguramente detrás de uno de las personas que cruzaban en la barca. Muestra de la fidelidad siempre de los perros a sus amos. les siguen al fin del mundo.

 
Aquí Francisco Ruiz y Emilia junto a sus hijas Pepi y Mari, acompañados de sus perros, mientras criaban patos.

Lorenzo Fernández Dantas a la izquierda y su hermano Antonio, a la derecha, en su famoso carro y la burra que sabía "cesar" para atrás a la voz de su dueño. 
Los animales de carga eran nobles y fieles, irreemplazables en muchas de las labores agrícolas de antaño y muchas otras. Eras muchas las que se conocían el camino diario y podían recorrerlos solas. Las "corrientes" empedradas de las casas antiguas recuerdan que cada día entraban y salían "las bestias" por la misma puerta que su dueño, desde las cuadras que siempre había al fondo del corral de las casas.
 
Acceso principal de la casa desde el interior con suelo empedrado 
Foto de una casa Rural actual que conserva el suelo empedrado del pasillo central tal y como existen aún en lagunas casa de Peñaflor, al tenr antiguamente animales de carga en las cuadras de la casa.

Otra anécdota familiar es la crianza por parte de mi abuelo Lorenzo de un cerdo, cebándolo en la casa, para venderlo en el futuro y comprar el ajuar de su boda. Aquel dinero le sirvió incluso para comprar su habitación de matrimonio. pero lo curioso es que había sido un lechón rechazado por la madre y lo crió con una perra que tenía en casa y que también había parido recientemente. El cerdo se crió como si fuese un perro y, cuando lo llevó al campo, no se comportó nunca como uno de su especie sino agresivo como el perro pastor que era su madre adoptiva. No había ningún perro ajeno que pudiese doblegarlo y hacerlo andar con el resto de la piara. Como esta historia seguro que habréis escuchado algunas o incluso vivido. ¡Estaré encantado de escucharlas!


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