La importancia del nombre que tienes

Hoy os hablaré con un tono más profundo y a la vez lleno de significado dentro de las familias más arraigadas en nuestro pueblo. Cuando nace un nuevo retoño en la familia lo primero que pensamos, si no mucho antes, es en el nombre que llevará y que condicionará en cierta manera su vida.
En Grecia se le otorgaba el nombre a los hijos al décimo día de nacer y se le ponía normalmente el nombre del abuelo paterno, y para distinguirlo se le ponía el apellido.
En época romana, un nombre se componía de tres partes: praenomen (nombre de pila), nomen (apellido de la gens o linaje) y cognomen (nombre de la rama familiar dentro de la gens) así se nombró a Publio Cornelio Escipión, (Publio, de la gens Cornelia, de la rama de los Escipiones).
Pues de ahí vienen nuestras tradiciones, aunque no es hasta la creación de los apellidos y al derecho a portarlos en la edad media, que nos distinguimos mejor a lo largo del tiempo. Antes éramos "Antonio hijo de Fernando" y más tarde "Antonio Fernánd(ez)".
Pues así, hoy os presento el origen de mi nombre, muy curioso y desconocido a la vez para mi propia familia hasta que investigué un poco:
En mi familia hay muchos Lorenzos, contando al menos 9 actualmente. Y es que en mi familia paterna ese nombre vino otorgado tanto por mi abuelo como por mi abuela.

Aquí en una foto reciente, nos reunimos de forma improvisada 4 Lorenzos de mi familia, Lorenzo Parra Fernández (mi padre), Lorenzo Sánchez Fernández (mi tío, hijo de Teresa), Lorenzo Fernández Dantas (mi tío abuelo) y yo, Lorenzo Parra Domínguez.

Os explico:
Mi abuela Balbina Fernández Dantas se casó con mi abuelo Lorenzo Parra Moreno, pero lo curioso es que los padres de ella se llamaban Lorenzo Fernández Sánchez y Balbina Dantas Cano. (Increible coincidir dos veces los mismo nombres).
Este Lorenzo Fernández Sánchez nacido en 1893 es el que da origen a nuestro apodo "Lagarto".
Sin embargo mi nombre no tienen origen en él precisamente: Volviendo a mi abuelo paterno Lorenzo Parra Moreno (1929), su padre fue José Parra Cazorla (La Puebla de los Infantes,1898) y su abuelo Lorenzo Parra García (Alanís, 1874). Ese sería el verdadero origen de "los Lorenzos", pero para más inri un tío de mi abuelo se llamó Lorenzo Parra Cazorla y según cuenta él, murió en trágicas circunstancias en 1931, ahogado en el río Retortillo a pesar de ser un buen nadador. Posteriormente, José le daría a su hijo (mi abuelo) el nombre de su hermano.
También me contó que al cumplir 16 años, mismos con los que murió este tío suyo, en 1945, su abuela lo llamó y con solemnidad le dio la ropa que guardaba y alguna pertenencia más de ese hijo que perdió y que, según ella, le correspondía por nombre y edad. Estos datos no los conocimos hasta escuchar esa historia de su propia boca, hace tan solo un par de años. (Luego confirmaría todo gracias a la hemeroteca)

Para rizar más el rizo, por linea materna una de mis bisabuelas se llamó Mª de Villadiego Rodríguez "Lorenzo" (1889) (de apellido) cuyo abuelo a su vez fue Juan Manuel Lorenzo Cívico. ¿Nos persigue ese nombre o el destino hizo su propia jugada?

Aquí en septiembre de 2013, de forma inesperada nos reunimos en el parque del río, durante una concentració de coches antiguos, 6 Lorenzos: Arriba, Lorenzo Fernández Dantas, lorenzo Sánchez Fernándes, Lorenzo Parra Fernñandez y Lorenzo Parra Domínguez. abajo, Lorenzo Parra moreno, (mi abuelo) y Lorenzo Lopera Fernández (hijo de María Fernández Dantas). Aquí faltarían 3: Lorenzo Fernánde Martín, hijo de mi tío abuelo, y Lorenzo Fernández Parra (hijo de Pepe F. D. y Rosario P.) y su hijo Lorenzo Fernández García.

Igualmente de otras ramas de estos Parra Cazorla de La Puebla de los Infantes han llegado a hoy muchos familiares con el mismo nombre como mis tíos Lorenzo Gómez, Lorenzo Agredano Parra y en Francia Lorenzo Parra... Y seguro hay más...

Sea como fuere, el poder llevar un nombre que perteneció a tu familia por generaciones debe ser una razón de orgullo y satisfacción, pues te hace recordar que por tus venas fluyen todas esas vidas,vivencias e historias y formas parte de ese enorme collar de cuentas únicas que llamamos FAMILIA.