Hay veces en que los datos y, en este caso, el personaje, llega en una serendipia que hace pensar en que estaba destinado a encontrarlo. Así encuentro la información de este honorable peñaflorense olvidado.
Antonio Llopis Sancho nace el 11 de marzo de 1896 en Peñaflor. En su trayectoria profesional colaboró como poeta y prosista en la prensa periódica, en publicaciones como El Liberal y El Noticiero Sevillano, el Diario Liberal de Córdoba, La Unión Ilustrada de Málaga, El Noticiero de Cáceres, el Heraldo de Melilla y La Publicidad de Granada. Escribió un libro de poesía bajo el título Canciones íntimas, además de dos novelas tituladas Breve y sentimental historia de un amor ya muerto y La piedra resbalosa, esta última de costumbres andaluzas. Quiero imaginar que hace referencia a un dato que solo conocemos los cucos sobre nuestras historicas "piedras negras" y sus posibilidades de juegos infantiles a modo de tobogán. Fallece en 1962 en Sevilla.
Pero un dato que le hace aún más importante y trascendental, a la vez que misterioso, es su pertenencia a la Junta Liberalista de Andalucía, partido político presididopor Blas Infante y que impulsó activamente la consecución del estatuto de autonomía y los símbolos que hoy son una realidad para nuestra Comunidad autónoma.
Este partido político de ideología liberal, islamista y andalucista, sustituyó a los anteriores
Centros Andaluces, tras la prohibición de estos en 1923, durante la dictadura militar de Primo de Rivera.
El himno de Andalucía publicado por la Junta Liberalista y difundido a partir de 1933, hoy expuesto en el museo de la autonomía andaluza en Coria del Río
fundada en 1931. A la Junta Liberalista pertenecieron destacadas personalidades como Blas Infante, Alfonso Lasso de la Vega, Rafael Ochoa Vila, Emilio Lemos Ortega, Juan Álvarez Ossorio, Manuel Escobar, José Llopis Sancho, Antonio Llopis Sancho, José Caballero Fernández de Labandera, José María Rufino, Luisa Garzón, Enrique Salgado y José Rodríguez Escobar. En abril de 1936 la Junta lanzó una campaña pro estatuto para difundir su anteproyecto de Estatuto de Autonomía para Andalucía, pero el estallido de la guerra civil española pondría fin a sus actividades.
Como conprobais, fueron dos hermanos Llopis Sancho quienes participaron en dicha Junta trascendental para nuestra autonomía, José y Antonio, mano a mano con D. Blas Infante persiguiendo los mismos ideales que el padre de la patria andaluza.
Otros de la familia Llopis desempeñaron papeles importantes en nuestro pueblo en esas primeras décadas del siglo XX, como son el secretario de nuestro Ayuntamiento y el médico de la villa, siendo personas reconocidas. Incluso en nuestra toponimia queda reflejado este apellido de gran calado, nombrandose un cortijo al oeste del término como "Cortijo de Llopis".
Tras la guerra civil dejan de aparecer en nuestros archivos, lo que habla de su prosperidad y sus ideales familiares.
Personas como Antonio Llopis Sancho quedaron silenciados, cuando no exiliados, o peor aún, fusilados por perseverar en sus ideales, a la postre derechos y libertades que hoy disfrutamos.
Otras personas que deberían reconocerse y honrarse fueron Carlos Sierra (empresario y edil quien le dedicamos ya una entrada, exiliado en Francia) o Andrés Cañete bello (último alcalde republicano de Peñaflor exiliado en México).
Honrar a las personas que nos hicieron y nos hacen avanzar como pueblo es venerar nuestra historia y nuestras raíces. Es nuestro deber saber el por qué se llaman así calles como Nicolás Benito, Concepción Ruiz, Ruiz Osuna o Francisco Ruiz Muñoz, así como darle este honor a personas como quien nos ocupa la entrada de hoy.