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sábado, 27 de octubre de 2012

Una historia de amor en duros momentos

Cuando hablamos de grandes historias de amor, siempre lo hacemos pensando en las imágenes de la gran pantalla o recurriendo a nuestro imaginario popular, pero el relato que a continuación os traigo viene a contradecri estas palabras y a creer en ese sentimiento verdadero que seguro encontrará un hueco en vuestros corazones.

Esta es una bonita historia cuyos protagonistas son los tíos de mi abuelo paterno, Miguel y Antonia que tuvieron que luchar por su amor a pesar de la guerra, el hambre y el exilio. Sus vidas fueron duras pero plenas de felicidad y gozo hasta sus finales, rodeados de su gran familia forjada desde la nada en otro pais que nunca fue el suyo.

Ville-aux-Dames: Oro para el matrimonio Parra (Artículo del diario francés "La Nouvelle Republique" de 12 de julio del año 2000)
Las Bodas de Oro son comunes, pero las de Miguel y Antonia Parra tuvieron un carácter especial...
El alcalde y senador Leclerc no dudó en afirmar que, para él, el momento era especialmente conmovedor. De hecho, durante las bodas de oro de Antonia, de 86 años, y de Miguel Parra, de 91, recordó el trazado de una vida rica y particularmente poco común:
Cuando Miguel deja su España natal en 1939 debido a la guerra civil española, la idea d eencontrar a Antonia, a quien ya conocía de antes, era para él una obsesión. Llegó a Francia con el estatus de refugiado político, poco antes de la Segunda Guerra Mundial, poniendo todas sus energiás en cruzar la frontera a través de Collioure, Le Grand-Pressigny, Ligueil y Burdeos. (su hermano Antonio intentería la misma hazaña después y sería capturado y llevado al campo de concentración nazi de Gusen).
Miguel no vuelve a tener noticias de Antonia hasta 14 años después de su llegada. Es entonces cuando le preguntó "por carta" si quería casarse con él.
Las circunstancias eran tales que el matrimonio solo es posible "por poderes", es decir: La pareja se casó el 26 de abril de 1950 en Francia y en España simultáneamente. Él con una mujer que hacía de Antonia y ella con un hombre que hacía el papel de su marido Miguel.
En 1951 se rencontrarían por fín, los cónyuges ya, Miguel y Antonia en Francia... una vida de coraje y abnegación que innegablemente hace pensar lo que significa la palabra luchar.
Miguel y Antonia vivieron en Monthouis por un tiempo antes de llegar a La Ville-aux-Dames (La Ciudad de las Damas) donde vivieron desde entonces hasta sus muertes.
En los últimos años, dividían su tiempo entre sus dos hijos, nietos y bisnietos. Una familia que les ha hecho sentir muy orgullosos y felices.
Su historia es todo un placer y un ejemplo para aquellos que saben lo que es el verdadero amor, dando verdadero setido a la vida.

domingo, 21 de octubre de 2012

Una foto que representa el cambio generacional

Como todo en la vida, hay un prinicipio y un final, aunque siempre habrá momentos en que los finales no se quiere que lleguen y otros que se espera con espectación lo que acontecerá.
Con respecto a la Iglesia, en Peñaflor siempre se le ha tenido un cariño especial y los sacerdotes que han ido pasando han percibido la esencia de nuestro pueblo en lo bueno y lo malo, como en los mejores matrimonios.
Don José, Don Eugenio, D. Ramón, D. Javier y ahora D. Alberto han bautizado, casado o dado el último adiós a la mayoría de los cucos que hoy siguen este blog, cada uno con su caracter y su forma de llegar a los feligreses.

Aquí podemos ver una de las pocas fotos en color que se conservan con los dos sacerdotes juntos en Peñaflor: el saliente D. José y el entrante y joven D. Eugenio, en una postal para el recuerdo en el altar mayor de la parroquia junto con tres antiguos monaguillos, que siempre les han ayudado en sus labores José Luis Parra Fernández, y sus primos Lorenzo y Antonio Lopera Fernández. Miembros de una familia, apodada "los lagartos" que ha estado muy vinculada a la iglesia desde pequeños.

   Ángel "Canastos", Lorenzo Sánchez, Manuel García Domínguez y Manuel Domínguez Fernández.
Abajo Francisco Lopera y a la derecha el mismo Jose Luis Parra junto a otro hermano de Antonio y Lorenzo, Francisco Lopera.
Mi padre, Lorenzo Parra Fernández también estuvo mucho tiempo de monaguillo con D. José el cura.
En un bautizo de la familia Vizuete Bocero oficiado por D. José y al fondo Miguel Fernández Parra y mi padre Lorenzo Parra, como monaguillos.

D. José tenía fama de saber entusiasmar a los jóvenes con proyectos e ideas. "La Cajilla de Mixtos", un club famoso del pueblo, tuvo mucho que ver con este movimiento. Excursiones, bailes, juegos... eran sus formas de llenar cada domingo la parroquia de niños y no tan niños.

Una esperpéntica y divertida anécdota:
Hubo un día en que D. José el cura asustó al obispo que venía de visita a la parroquia. Le dijo: Pues sabe usted, tengo muchos "lagartos" que tocan las campanas y me ayudan en la eucaristía... a lo que el obispo, sorprendido le preguntó: ¿Pero, cómo? ¿que los tiene amaestrados? ¿Y no le muerden?... en ese momento aparecían mi padre y sus primos bajando de tocar las campanas y les presentó a "los lagartos" que le ayudaban.

Esperamos vuestros comentarios y aportaciones fotográficas. Animaos y participad.

jueves, 18 de octubre de 2012

Una imagen con 50 años de diferencia

La historia de esta imagen es curiosa, ya que a pesar de ser una panorámica de Peñaflor, me fue cedida muy lejos de aquí, en unos días de playa en Málaga.
Su protagonista es quien me la sugirió. El es José Santos, más conocido antiguamente como Pepe "El ditero" por su dedicación en nuestra localidad y los alrededores.
A su avanzada edad es toda una fuente de recuerdos de antaño pues, cuando tuvo que marcharse junto a su mujer, Teresa Vizuete, en busca de un futuro mejor dejó aquí un gran pedacito de su alma. Como muchos otros emigrantes, se asentaron en Francia, donde hecharon raices pero sin olvidar jamás su procedencia. Tanto es así que una gran parte del año la pasan aquí, ahora que ya están jubilados.

Aquí, a principio de los 60s José "El ditero" con su eterna lista de compradores y encargos por el camino de la gravera de Peñaflor. Al fondo se puede ver la fábrica de Harinas todavía en activo, el muro que forma la vía de ferrocarril, el convento San Luis del Monte y el muelle de la antigua mina "La Preciosa II", la construcción de algunos almacenes y las casas de ferroviarios conocidas como "Las Casas Coloradas" y el puente de paso por el arroyo del Conejo.

En la actualidad, en el mismo camino de la gravera, observo en la lejanía los restos de la antigua fábrica, el convento San Luis del Monte y el muro del ferrocarril. El pueblo se ha expandido al norte por encima de la anterior circunvalación, lo que hoy son Av. San Fernando y Av. San Antonio y el Cementerio que se reconoce por los cipreses, con un repetidor de telefonía y ya no se puede ver ni el antiguo muelle de la Mina ni las casas de los ferroviarios. Al este el pueblo también se ha expandido con la barriada de "la Expo" y "La Carrera".

lunes, 15 de octubre de 2012

Tal mes como este... de octubre en Peñaflor

Venimos, en este mes otoñal con antiguas nuevas noticias aparecidas en la prensa sobre Peñaflor.
Comenzamos por un documento que me reenvia Pepe Muñoz de 1931: Unas correspondencias del Ayuntamiento de Peñaflor respondiendo al cuestionario sobre el estatuto andaluz, donde nuestro alcalde por entonces D. Luis Vargas Durán sería elegido representante para el proceso de redacción del estatuto Andaluz.


Poco después este importante hecho no podría llevarse a cabo puesa llega 1936, cuando suceden los rerribles hechos del comienzo de la Guerra Civil. En esta zona el Frente Cañete haría correr ríos de tinta. Atentos al relato tan detallado de los episodios de la Puebla de los Infantes y Peñaflor.


En 1958, la prensa se haría eco de el enlace entre José Espada (quien anteriormente ocupó una de nuestras entradas)y su mujer Rosario González.


En 1964 se hacen hijos predilectos y adoptivos a Jose Mª Parias y Antonio Mª Oriol y Urquijo.
En 1970 aparecería en la prensa el concurso de adjudicación de negocio del bar-abacería y la panadería en el "nuevo" pueblo de Vegas de Almenara.

En 1980, se anunciaría la expropiación de las tierras correspondientes a los yacimientos de la Viña y El Calvario. Posteriormente comenzarían las excavaciones que descubrirían Celti, aunque aún hoy sigue sin dinamizarse.


En 1983 ocupando una página completa en la prensa, Peñaflor y toda la provincia de Sevilla "se moría de sed" por la sequía y el estado de los pantanos. En el mapa se indican las poblaciones y los habitantes de cada uno a la fecha, algo mayor en nuestro caso que oy en día.

En 1986 la Junta de Andalucía adquiere definitivamente y al mismo tiempo los yacimientos arqueológicos de Celti, en Peñaflor, y Alcolea, reflejándose en la prensa los costos de la operación y todos los detalles.
Que paradoja ésta, que recorriendo nuestro tiempo pasado se hace el tiempo más volátil, casi inapreciable, y estamos ya en octubre, cuando el ocaso de este año empieza a vislumbrarse, pero no es sino el amanecer de este blog, de este sueño. Gracias.


martes, 9 de octubre de 2012

MÁS ALLÁ DE LOS CRIMENES DEL HUERTO DEL FRANCÉS

Corrían los últimos compases de aquellos sonados crímenes cuando el cabo del puesto de la guardia civil, D. juan Atalaya Montero, descubrió los primeros cadáveres en el jardín del huerto. Eran finales de 1904 y Juan Aldije “El francés” había huido.

Durante 9 días se especuló con que estaría camino de Portugal para intentar coger un barco hacia Latinoamérica, donde sería improbable encontrarlo.

Sin embargo, mientras la prensa recorría las calles de Peñaflor buscando los datos más escabrosos y sensacionalistas, alguien gritó a viva voz que “¡El Francés estaba en Fragimón!”.

Hasta aquel lugar conocido se desplazó media población como una marabunta, con la intención de increpar e incluso linchar a quien había traído la desgracia al pueblo.

En aquel lugar, propiedad de sus cuñados Alonso, Rafael y José Meléndez, había buscado amparo el asesino tras regresar de Badajoz, desde donde pretendía cruzar la frontera portuguesa, pero finalmente se arrepintió por las represalias que tomaría la justicia contra su mujer y sus hijos.

Al encontrarlo y tras un gran forcejeo, finalmente fue reducido y maniatado por los miembros de la guardia civil que se habían desplazado hasta allí junto al juez y el secretario de Peñaflor  y que tuvieron que contener a la multitud para que no acabasen allí mismo con la vida del Francés.

Se acababa de detener al coautor de seis asesinatos entre 1898 y 1904 en un huerto a las afueras de Peñaflor.

Detención de “el Francés” en Frangimón.

En los calabozos de Lora del Río permanecían ya presos José Muñoz Lopera (el otro autor de los seis asesinatos), Víctor Aldije Gastón (el primer hijo del francés), Eloísa Meléndez (segunda mujer del francés), José Borrego y José Muñoz “Peana”. Dos sospechosos más serían detenidos en Sevilla por revelaciones, “El Inglés” y “El Tato”. Todos ellos, excepto Muñoz Lopera, a la postre serían exculpados.

¿Quién era en realidad “el Francés” y los demás implicados?

A mediados de la década de 1860 llegaron a Peñaflor un hombre con su mujer e hijo pequeño de nacionalidad francesa, para trabajar como picapedrero en la cantera del pueblo, de la que se extraía cantería para la construcción de la parte más moderna del Ayuntamiento de Sevilla, según los planos de D. Demetrio de los Río. Una vez finalizado el trabajo volvieron a su lugar de origen. 22 años después, aquel niño, Juan Andrés Aldije, regresaría al pueblo para afincarse allí y al poco tiempo trajo a su primera mujer y a su aún pequeño hijo Víctor. Fue entonces cuando adquirió el huerto a la familia de quien luego sería su segunda esposa.

Los que en el pueblo habían conocido a su padre les extrañó que se hubiese cambiado el apellido, Dual por Aldije, aunque no le dieron importancia por su intachable comportamiento y maneras. “Eran familia de ir a misa todos los domingos”.

Su mujer enfermó de un tumor en el vientre por lo que se trasladaría de nuevo a Francia, sin que el marido la acompañase y al regresar tras una dura operación y recuperación el matrimonio se resintió por las sospechas de la infidelidad de este con la que más adelante sería su segunda mujer, Eloísa Meléndez.

Finalmente la atribulada mujer volvería a marchar a su tierra donde moriría junto a su hijo.

Se especuló con que en el país galo era buscado por la justicia: unos decían que por una quiebra fraudulenta por la que podían pedirle entre 20 y 30 años de prisión y otros que por el asesinato de un familiar.

Sea como fuere, finalmente convivió con Eloisa en el huerto con la que tuvo dos hijas en 1889 y en 1896 y un hijo menor en 1898, respectivamente. Estos últimos se bautizarían en 1903 por la intercesión de Dª. Magdalena Delgado Castillo, viuda de Parias y su hijo Carlos, quienes hicieron de padrinos e impusieron sus propios nombres a los ahijados.

A su primer hijo, que no convenía que se inmiscuyera en sus turbios negocios, pronto lo mandaría a Francia donde haría el servicio militar y se encargaría de las posesiones que dejó en herencia su madre tras su muerte.

Víctor Aldije, hijo del Francés, junto a Eloísa Meléndez en la Cárcel del Pópulo de Sevilla durante los Juicios del crimen de su padre y Muñoz Lopera. Foto de la hemeroteca ABC.

Victor, este hijo que por entonces tenía 28 años llegó a ser sargento del ejército francés y volvió junto a su padre en 1900, tras cumplir su servicio militar. Era estimado en el pueblo donde, de primera hora, no creyeron inmiscuido en los asesinatos. Le gustaban los estudios de agrimensura y la caza.

José Muñoz Lopera fue quien despertó más antipatías en la opinión pública. De carácter afable y extrovertido, tenía una modestísima posición hasta que un día que se fue a los Baños de Carratraca envió unas mil pesetas de la época a su familia. Desde entonces, ocupó una buena posición económica que, dicho por él mismo, se debía a su habilidad en el juego. Anteriormente había trabajado como comerciante y en la “Casa Honda” de Sevilla.

Ya en 1901 un vecino del pueblo, Francisco pastor, había hablado con éste sobre un negocio del juego de ruleta que Muñoz Lopera pretendía trasladar a la isla de Madeira. Llegó incluso a mostrarle al posible inversor el “invento” que había hecho en el mecanismo “para que la suerte caiga siempre de su lado”. Pero por vaivenes del destino no llegó a financiar. Quién sabe si salvando con ello la vida.

En 1905, un año después de la detención, un hermano de Muñoz Lopera se intentó suicidar de un disparo, harto de las recriminaciones vecinales por las fechorías de su hermano y el vacío social al que era sometido. (ABC 19/01/1905)

La confesión

En el careo entre Aldije y Muñoz Lopera confesaron de pleno: Muñoz Lopera iba a la estación de tren donde ofrecía amplias ganancias en el juego de una ruleta especial. Luego eran conducidos al huerto yendo él siempre delante y Aldije detrás que, con el pretexto de cerrar la puerta preparaba el arma homicida. A la salida del casino clandestino le hacían pasar por el jardín y, con el pretexto de no tropezar con una cañería le hacían mirar a sus pies, momento aprovechado por el francés para propinar el golpe fatal con una barra de hierro o el martillo al que apodaban “el muñeco”. En el acto lo remataban y quitaban la americana y el chaleco, que luego quemaban en la chimenea, desvalijándolos de cualquier posesión. Por la noche eran llevados a una fosa en el mismo jardín y cubiertos con cal viva antes de sepultarlos.

El arma homicida

Para arrebatar la vida a los incautos jugadores les asestaban un golpe con un martillo de hierro con mango de madera de 52 cm. y kilo y medio de peso. Este arma se remitió al laboratorio de medicina legal de Sevilla, al doctor Murga para su dictamen.

Las víctimas

Fueron 6: Sebastián López. Asesinado en 1899. Le robaron 4.000 pesetas; Mariano Burgos (Madrid). Le robaron 16.000 pesetas; Enrique Fernández Cantalapiedra (Rus, Jaén). Le robaron solo entre 200 y 250 pesetas; Federico Llamas. Asesinado en 1902. Le sustrajeron 8.000 pesetas; Félix Bonilla (Córdoba). Asesinado en mayo de 1904. Le robaron 12.000 pesetas; Miguel Rejano (Posadas). Asesinado en noviembre de ese mismo año. Le robaron 7.000 pesetas.

El juicio

El Francés estudiando su propia causa.

Diario ABC

Ya trasladado desde Lora del río a los calabozos de Sevilla, Muñoz Lopera se muestra abatido y se niega a comer, estando postrado en cama con fuertes dolores de cabeza hasta el día del Juicio. Sin embargo, “El Francés” se muestra entero, incluso desafiante y pide estudiar su propia causa para ejercer su defensa. El 8 de marzo de 1906 comienza la vista del juicio de ambos asesinos que finalmente son condenados a muerte por Garrote Vil. En ella Muñoz increpa a Aldije: “Es inútil que niegues. Ya sabes que somos los mayores criminales del mundo y que con diez vidas no pagaríamos los delitos cometidos.”

Tuvieron el siniestro honor de ser el primer ajusticiamiento en el patio pequeño de la cárcel nacional del Pópulo, en el barrio del Arenal. Solo 5 más tuvieron lugar hasta el último en 1935. Además, fue el primer juicio mediático de la historia española gracias a cómo dio eco la cobertura periodística de ello el recién creado diario ABC.

Embargos

En las actas capitulares del archivo municipal de Peñaflor se recoge la puesta en subasta de los bienes el 21 de octubre de 1909 que fueron embargados a los reos ya en diciembre de 1904.

A Muñoz Lopera 29 arrobas de aceite, 90 fanegas de aceituna y varios muebles e inmuebles. Por lo visto varias alhajas y otros bienes fueron vendidos por el hermano de Muñoz Lopera antes de ser incautadas.

A J. Andrés Aldije los inmuebles salidos a subasta al 25 por ciento de su valor  que eran la vivienda en “los ruedos de la villa” adosada al huerto llamado “del Francés” de dos plantas y 216 metros de superficie, valorada en 7.290 pesetas y  sacada a subasta por 5.467,50 pts; también otra casa de dos pisos en la calle “Paseo Nuevo”, nº 23 de 192 metros cuadrados de superficie, valorada en 1.946 pts. Y sacada a subasta en 1.467 pts.

No cabe duda del enorme impacto que causó en la sociedad de la época, encontrando noticias relacionadas con los crímenes en publicaciones de todo el territorio español: ABC, El Correo Ibérico, El Adelanto, El Bien Público, El Radical, El Heraldo de Zamora, La Correspondencia, La Justicia, La Esquella de la Torratxa, La Libertad, La Tarde, El Noticiero salmantino, Museo Criminal y decenas de diarios más, incluso satíricos y novelillas por fascículos. En el museo de cera de Madrid se expuso una figura alegórica hasta los años 80’s gracias al nuevo empuje que le dio Paul Naschi en 1977 con su versión en la película del mismo nombre de nuestro oscuro caso, aunque dándole un giro de tuerca que no correspondió con la realidad del caso, aunque usó el fondo de los atroces crímenes. 


lunes, 8 de octubre de 2012

GRACIAS Y A SEGUIR CRECIENDO

Desde que nacimos en enero de este mismo año de 2012 como blog, esta idea que empecé ya casi no me pertenece, porque es de todos. Sois y somos parte de ella y no al revés.
Me llena de tremenda satisfacción poder decir que aún nos queda mucho por ofrecer y que esta historia solo acaba de empezar.
Haciendo balance de este corto pero productivo tiempo, hemos recogido 74 historias en las que hemos nombrado más de 1500 personas de nuestro pueblo y ya nos siguen de manera continua 32 blogueros, aunque son cientos los que cada día visitan nuestro lugar en la red. Así ya hemos superado las 20200 visitas y con ganas de seguir indefinidamente hasta donde la fuerza de nuestro pueblo nos conduzca.
No dejo de aprovechar la ocasión para agradecer a todos los que habéis contribuido con vuestros tesoros dentro de la caja de membrillo en forma de fotos o los que lo haréis en breve, y os animo a los que todavía no habéis desempolvado el álbum para que también forméis parte. También agradecer a todos los que nos leéis y veis cada día más tanto desde dentro como fuera de nuestro pueblo, y que como a mí, se les pone la piel de gallina al oir hablar, escribir o nombrar a Peñaflor. Y como no, a aquellos que me escriben correos (lorenpiii@yahoo.es) para ofrecerme nuevos datos o para preguntarme por algún familiar, algún registro… como la nieta de Carlos Sierra o el bisnieto de la familia Sánchez-Pastor y otros muchos de nuestros paisanos en Algeciras, Cataluña o Francia y Alemania.
También me llena de orgullo ir por la calle y que me paren para contarme alguna foto o para darme una de esas imágenes que tenemos como nuestra mejor joya. Es increíble.
Por todo ello y mucho más, LA MEMORIA DEL CUCO debe seguir para ocupar un lugar privilegiado en nuestros corazones y para dejar constancia a los que estamos y los que vendrán sobre nuestra historia, esa que no se escribe en los libros, pero que es incluso más importante, porque cuentan el día a día de nuestra razón de ser y nuestra gente y que gracias a este bello proyecto ya nunca se perderán en el olvido.
De nuevo os doy las gracias a todos y os doy un fuerte abrazo.

Lorenzo Parra Domínguez
Maestro, escritor y quien prendió la llama de La Memoria del Cuco.

sábado, 6 de octubre de 2012

Y como otros años, hoy nuestra patrona vuelve a su casa

Como cada primer fin de semana de octubre, hoy Ntra. Sra. de Villadiego regresa a su ermita, después de haber llegado en la romería hasta la iglesia de San Pedro Apóstol el 14 de agosto.
Un emotivo camino también el de octubre donde la acompañamos.
Una soleada tarde de otoño en la que es muy agradable el paseo por el antiguo camino de la Fuente del Pez hasta la ermita, otros años por la carretera de Sevilla.

A medidado de los sesenta en la avenida de Sevilla de camino de regreso a la ermita. Entre los que acompañan a la Virgen están: Emilia Ruiberriz, Manuel Meléndez, Polonio el Cartero, José Parias portando la bandera y Octavio (alcalde). Delante Rosa Martínez y su cuñada. Detrás Manuel el del Chalet, Juan Palomo, Anita con su hijo Pedro, Manolo el Municipal, Belén la madre de Alejandrín, Paulita, Mari Carmen Fernández y su hermana Adela, Antonio Martín con sus hijos, Carmelo, el padre de Juan de Dios, Manuel Linares Palaustre y Mercedes, entre otros. 

En octubre de 1982 ya en la ermita se fotografían junto a Ntra. Sra, de izquierda a derecha: Rosalina e hija, Antonio Lorilla y su mujer, Aurora Carrera, Elena y su hija, Mari Carranza, Juanita, Carlota Meléndez y su hermana, ambas hermanas de Paqui la de la farmacia, Sebastián Carranza y su hijo y Antonio Melero. Al fondo la suegra de Juan Recio.

martes, 2 de octubre de 2012

Un grupo de música, amigos y diversión

Corrían los 70 cuando los jóvenes soñaban con crear un grupo de música de la nada como los Beatles, los Brincos o los Mustang, que en ese momento arrasaban en la radio y las pistas de baile. En Palma del Río nacerían los míticos "Los Lobos" con sus melenas rubias que encandilaban a las jóvenes de su época.
Aquí, muchos eran los bailarines que incluso retaban a los que visitaban las discotecas y guateques. En la tele "Grease" y "fiebre del sábado noche" encumbraban a John Travolta y alentaban a los más gallitos. Grandes cuellos de camisa y pantalones de campanas hacian el resto.
Aquí están reunidos en la antigua caseta municipal (paeo de la estación) los jóvenes que formaban el grupo musical de la época en Peñaflor, con temas de los Beatles, los Bee gees , los Brincos, Roberto Carlos, Fúrmula Quinta, Nino Bravo...
Sobre estas líneas están: Salvador, Paco Solís, Mari Hidalgo, Rafalín Carranza, Sebastián, Encarna, hija de "el Moro", Mari Carmen, Encarna, Lisis Pérez, Mari Carmen, Angelita, Lucía González, Mari Sarroche y abajo Antonio Fuentes, Moisés Ruiz y Pedro Muñoz.
Ensallaban en el local que hoy es el Ayuntamiento Municipal.

En el club cultural durante un guateque entre risas: Carlos "el de la Trini", Pedrito, Paco Fuentes, Rafalín Carranza, Moisés y Antonio Ortega.