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lunes, 15 de julio de 2024

Revista de Feria 1976

 Esta semana, con un poco de retraso, os traigo un documento buenísimo, por eso lo de la tardanza.

Me llegó, como muchos otros, de casualidad y con todo el cariño de quienes me conocéis y sabéis de este blog. Nos la hace llegar Mari Carmen Durán, junto con otros documentos de gran valor histórico para todos ustedes, por lo que quiero agradecer desde aquí su gran generosidad y su detalle conmigo.

En concreto, os digitalizo la revista de Feria y Fiestas Populares de Peñaflor del año 1976, año muy señalado pues es la primera feria tras la caída de la dictadura por la muerte de Franco y todos los cambios que ello implica. Puede verse reflejado perfectamente en el discurso del alcalde de entonces, Manuel Muñoz Rosa.

Puedo comentaros los artículos, de gran importancia para nuestra historia reciente, resaltando algunas personalidades que dejaron huella en Peñaflor, así como varios artículos sobre nuestra historia antigua o nuestros monumentos que quizá no conocierais todavía.

También nos relata concienzudamente las cuentas que maneja este ayuntamiento con total transparencia de gastos e ingresos e incluso hay una encuesta para los jóvenes sobre sus intereses y los resultados de esta.

Cada detalle puede ser comentado, desde la publicidad de los establecimientos y empresas de entonces, hasta el propio Programa Oficial de Festejos (Podríamos decir que casi totalmente diferente al de ahora).

Lo mejor es que seáis ustedes quienes la disfruten y analicen. Ahí os la dejo:


domingo, 26 de mayo de 2024

Patrimonio a desenterrar del olvido III: Dos hipogeos romanos en la calle Blas Infante

 Esta sección que os dedico de vez en cuando trata de mostrar parte del patrimonio que seguramente nunca habéis visto o ni siquiera sabéis de él y, sin embargo, es parte importante de nuestra identidad y sirve para situarnos en la importancia de nuestro pasado.

Hoy os hablo de dos hipogeos que hay en día están bajo las casas actuales de la calle Blas Infante, Tras la Guardería Santa Cruz, y antes de la travesía que conforma la carretera con las Avenidas San Antonio y San Fernando.

Los hipogeos son enterramientos subterráneos a modo de panteón, donde se guardaban los restos o cenizas de varios miembros de una misma familia, normalmente de cierta relevancia.

Hipogeos visitables y visibles aún hoy son los de la calle de las Cuevas, dentro de las numerosas casas rurales y la cueva que posee el ayuntamiento, para poder mostrar lo que fueron estos enterramientos al otro lado del arroyo de las Moreras, que separaba esta necrópolis de la ciudad romana de Celti.

Si pensáis el barrio de la Morería como un enorme promontorio y bajo ella estas nuemerosas cuevas (artificiales y algunas naturales) podréis situar al este otro hipogeo visitable, el de la ermita de los Santos Mártires, formado por dos cámaras (una de ellas donde está el altar) en la calle Blancaflor.

Esta zona, aunque más alejada, sigue formando parte de la necrópolis (cementerio) más al este de la ciudad romana, junto con enterrameintos aparecidos en la calle Nueva y Calle Juan Carlos I, en diversas obras.

Pero los hipogeos que nos ocupan están todavía más alejados, y G. Bonsor, cuando visitó nuestro pueblo, lo creyó alejado de la civilización, siendo demostrado luego que hay restos cinerarios en la zona de la calle de la Cruces y el antiguo "El ejido" (calle Soria, Cáceres...) y también enterramientos en la zona de "Los Caños", hoy calles con nombre de pintores, cerca del polideportivo Municipal "Moisés Ruiz".

El primero de ellos es un hipogeo que se encuentra integrado en la casa nº 73 de la actual calle Blas Infante. Se le conoce como el Columbario y sobre él hubo un bar y varios negocios. Actualmente se ha vuelto a abrir otro establecimiento.

Posee una habitación cuadrangular con dos metros y veinticinco centímetros. En sus dos paredes laterales, de dos metros pre­sentan dos lóculis (hornacina donde depositar las urnas con las cenizas) cada una. La pared de entrada presenta una puer­ta de 90 centímetros de anchura con arco de medio punto. 

El techo es plano, precediendo a esta cámara funeraria se encuentra un pasillo de acceso de tres metros de profundidad con tres escalones de bajada.

En las dos paredes laterales del pasillo se encuentran dos lóculis en cada una, de cuarenta centímetros de anchura y arcos de medio punto de las mismas características que las anteriores. Es una señal del uso a lo largo del tiempo y ampliación de su capacidad.

FOTOGRAFÍA DE PRINCIPIOS DE SIGLO XX EN LA QUE SE OBSERVA EL COLUMBARIO ANTES DE LA EDIFICACIÓN DE LA CASA DONDE SE ENCUENTRA ACTUALMENTE.

Fotografía aparecida en la publicación "Peñaflor a través del Visor" de Pepe Carranza y la Diputación Provincial de Sevilla.

FOTOGRAFÍA DE LA ZONA DONDE SE SITÚAN LOS DOS HIPOGEOS, POCO ANTES DE URBANIZARSE LA CALLE BLAS INFANTE, EN 1973. POR ENTONCES SE LLAMABA CALLE QUEIPO DE LLANO.

Se puede apreciar que esta zona es un pequeño promontorio como lo es la zona del barrio de la Morería y compuesto por roca similar, fácil de perforar, para construir estos enterramientos familiares.


PLANTA DEL HIFOGEO

El otro hipogeo que nos ocupa existe en la misma calle, en concreto en la acera de enfrente y a escasos metros, en el patio de la casa número 34.

Este enterramiento fue descrito por G. Bonsor en "The arqueological expedition along the Guadalquivir". La definió como tumba prerromana, pero al describirla se refiere a ella como la tumba de una familia romana.

Es una estructura realizada en mampostería de una única pieza, con dos partes, una cámara funeraria cuadrangular y un pasillo de acceso. 

El acceso desde el exterior al pasillo, y desde el pasillo a la cámara funeraria se realiza a través de una puerta de 90 cm de ancha y con arco de medio punto.

La cámara tiene dos metros de lado y presenta cinco lóculis: dos en cada una de las paredes laterales y uno en la pared frontal. El techo es recto y el pasillo tiene una longitud algo menor de los dos metros, ensanchándose desde el exterior. 

Igual que en el otro hipogeo, hay cuatro lóculis más en las paredes laterales del pasillo, al reutilizarse a lo largo del tiempo.

PLANTA Y ALZADO DEL HIPOGEO SEGÚN G. BONSOR.


Muchos de estos restos fueron estudiados por el historiador local José Francisco López Muñoz, QEPD, al igual que los ya conocidos, en su ambición porque el patrimonio de Peñaflor fuese puesto en valor y nunca olvidado. Este blog quiere continuar con tan noble labor con la mera intención de que quien lee sienta suyo nuestro pueblo y sea consciente de nuestra importancia pasada, para preservar y poner en valor para las futuras generaciones. Quizá sea otro motor para nuestra economía y sobre todo para el turismo, al mismo tiempo que nos engrandece como pueblo.

domingo, 21 de enero de 2024

San Sebastián en Peñaflor: de la antigua cofradía y hospital a la celebración hoy extinta.

San Sebastián fue un mártir cristiano y a la vez llegó a ser capitán de la primera corte de la guardia pretoriana, un cargo que sólo se daba a personas ilustres.Su onomástica se celebra el 20 de enero y, a parte de pedirle auxilio para combatir las epidemias, San Sebastián es también el patrón de los arqueros, ballesteros, y de los fabricantes de flechas y de agujas de coser.

Nació en Narbona (Francia) en el siglo III y en la infancia es trasladado por su padre a Milán donde comienza su carrera militar. Aunque su destino era ese, su conciencia le impedía participar de los sacrificios a los dioses y otro simbolismo pagano. Con su ascenso en el ejército depuró este de cristianos, pero fue delatado, siendo condenado por el emperador de occidente, Maximiano, a morir asaeteado por varios arqueros. Por eso, la representación siempre es vestido de romano, semidesnudo, apoyado sobre un madero o cruz y con varias flechas clavadas en el torso.

En ese martirio no moriría y sobreviviría gracias a sus seguidores y sobre todo a Irene, que lo ocultaría hasta su recuperación. Este hecho no serviría de nada pues se vuelve a presentar ante el emperador pidiéndole que cese su persecución cristiana, condenándole este a morir por latigazos.

En nuestra Iglesia de San Pedro Apóstol la presencia hoy de esta advocación está presente pero de forma muy sutil, encontrándose la efigie del mártir en lo más alto del Retablo Mayor, a la izquierda, con un tamaño mediano


 Pero este testigo tiene que ver con su protección contra la peste que ya desde el siglo VII se invocaba en Roma y en España en varias de las ocasiones en que esta enfermedad diezmó a la población.

Lo que no tanta gente sabe es que tuvo hermandad propia en nuestro pueblo, e incluso una ermita con su advocación, que no fue otra que el edificio al que se unió la posterior capilla de Jesús Nazareno. En ese mismo lugar existió junto a la ermita de San Sebastián un hospital de la caridad para transeúntes y pobres, según las crónicas de nuestro archivo parroquial. posiblemente también tratarían a los enfermos de peste en esas épocas nefastas.

Hay una primera mención del año 1651, cuando se describe un terreno perteneciente a los bienes de la capellanía que el licenciado Dº Juan Ponce de Loyola funda en la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol, "que lindaba con la Huerta Chica, o de Dº Juan de Cañaveral, Señor de Peñaflor y veinticuatro de Córdoba, y con tierras de la Ermita de San Sebastián (2 fanegas de tierra de pan)."


Esta pertenencia viene a contarnos la existencia de una antigua cofradía bajomedieval bajo la advocación de San Sebastián que erige el edificio mudéjar de la ermita y el hospital para cumplir con su misión asistencial.

La Hermandad de Jesús nazareno de Peñaflor se agregó a dicha ermita en 1676 con licencia Arzobispal del 8 de septiembre de ese año.

Francisco López de Jerez, quien fue el primer Hermano Mayor conocido de esa cofradía, pide que se traslade la hermandad desde la iglesia de San Pedro Apóstol por no tener ya cabida, hasta aquella ruinosa ermita y tendrá que ser él mismo el que costee con su dinero y con algunas limosnas, la reconstrucción del inmue­ble "destrossado e ynabitable por no tener mas que las paredes"; También nos describe el edificio, que sólo tenía "un quarto para acogimiento de Pobres pasajeros", mientras que la capilla era una sola nave, con claustro y sacristía, tenía "dos autores en que se zelebra y ottro en que se deposittan los pasos de Semana Santa ninguno tiene rettablo reduciéndose a nichos con Ymagenes de escultura."

Igualmente en palma del Río existió un hospital de San Sebastián, hoy residencia de Mayores, que conserva un buen archivo documental que tuve el honor de poder consultar y en el que hay muchos datos de habitantes de nuestro pueblo desde el siglo XVI, relacionado con posesiones de dicho antiguo hospital.

La celebración de esta onomástica era de seguida tradición hasta bien entrado los 70's, cuando tras la rogativas y gracias por su intersección, se tenía la costumbre de ir al campo, como un día de Almenara, a comer en familia y recoger los productos de esta época, como espárragos y palmitos.

Recuerdo que siempre decía mi abuela aquello de "Por San Sebastián, mochilas alante, mochilas atrás... sacas las niñas a pasear y las metes a pedrás".
Esta era una foto típica de un día de San Sebastián en Peñaflor, cuando las familias enteras iban andando por la carretera de Almenara en dirección a la sierra. Aquí se ve a mujeres y niños cargando con cestas de comida, varas para hacer caer las bellotas y aceitunas y hasta una escopeta de caza que porta Rosita Martínez (mujer de Segundo "el de la gasolinera"). Era típico también la recogida de Palmitos, palmauvas y otros frutos de la dehesa.


 Representación de San Sebastián asaeteado. Una imagen muy similar a la estatua que existe en la parroquia de San pedro Apóstol de Peñaflor.

sábado, 9 de diciembre de 2023

Patrimonio a desenterrar II: Leones ibéricos de Celti

Hace unos días saltaba la noticia del hallazgo de un león ibero de gran tamaño pero muy deteriorado en Villanueva de la Concepción, Málaga. Como siempre, se crea una lógica expectación por tal pieza de más de 2000 años, pero me viene a la mente la idea de la importancia y poco valorados de nuestros restos arqueológicos, tanto o más importantes que muchos de los que llenan páginas y salas de museo. Por eso hoy os traigo la segunda entrega de nuestro patrimonio a desenterrar.

La aparición de leones iberos con influencias del arte romano, nos confirma que durante un tiempo indeterminado de la época romana la población de Celti continuó con su cultura y ritos sin asumir del todo la romanización. Esto se mantuvo, sobre todo, en la capa más elevada de la sociedad, que continuó con los ritos de enterramiento iberos y sus monumentos funerarios, con ciertas diferencias a la etapa anterior.

Los restos que nos han llegado de estos monumentos son tres esculturas de leones ibéricos: dos en bulto redondo en piedra caliza, y la otra un altorelieve en mármol blanco sobre un plinto. Las diferencias con las de la época anterior son sobre todo a nivel estilístico, las de ahora reproducen con mayor exactitud y naturalismo los rasgos del animal, además se introduce una variante ya que en época ibérica los leones presentaban las dos patas delanteras sobre el plinto y ahora la pata derecha, se apoya sobre la cabeza o el cuerpo de un animal que se encuentra atrapado en las garras. Las melenas del león son más abundantes y el tratamiento ya no es sólo por incisión sino que el cabello largo es cincelado.

Escultura de León Ibérico de Celti en altorelieve. Foto actual del lugar donde está colocado.


Las esculturas de bulto redondo presenta la actitud descrita anteriormente, de pié con la pata delantera sobre una presa ( que desgraciadamente ha perdido) con una abundante melena. Una fue descubierta casualmente a principios del siglo XX durante tareas agrícolas en las proximidades del pueblo (no se sabe el lugar exacto) y al poco tiempo fue adquirida por el Museo Arqueológico de Barcelona donde se conserva actualmente. Se encuentra fraccionada longitudinalmente, habiendo perdido trozos de su parte izda, que es la peor conservada. Aproximadamente es de tamaño natural y está realizada sobre un plinto. Formaría parte de un monumento estela, en el que sobre una columna o base cuadrangular rematada en un gran capitel, estaría situado el león. En el Museo Arqueológico de Córdoba se conserva un león ibero procedente de Peñaflor o la comarca. Fue adquirido por el Museo a un anticuario y responde a las características descritas.

Representación del león ibero de busto redondo sobre un plinto o Peana, señalando un monumento funerario de un personaje relevante de nuestra sociedad. Dibujo de José Francisco López Muñoz.


La otra escultura es un relieve en mármol blanco de un tamaño menor que el natural. Es muy realista, de buena factura clásica, presenta los ojos tallados en vez de incisos, la melena abundante y la boca entreabierta con los dientes y colmillos señalados aunque desgastados. El hecho de ser un altorelieve induce a pensar que estamos ante el friso decorativo de un monumento funerario turriforme al estilo de "Pozo Moro" (Alicante) en que, los leones forman parte de las esquinas de este monumento funerario cuadrangular. Se encuentran colocados en un edificio Peñaflor y fue regalada por D. Pedro Parías para el exorno del edificio, procedente de su colección particular.


León ibero en altorrelieve encastrado en una pared actualmente. Debió pertenecer a una parte de una tumba monumental.



Dos perspectivas del segundo león ibero encastrado en un edificio de Peñaflor. Parece ser una leona perteneciente a una tumba real o de persona relevante de la sociedad celtitana.


León ibero recuperado por las autoridades en 2020 y depositado en el Museo ibero de Jaén. Tiene la misma postura que el león de Celti del museo de Cataluña.


Monumento funerario de un caudillo o rey ibero con leones adosados a sus flancos en altorrelieve como los encastrados en una pared en Peñaflor.

Altorrelieve de un león de gran tamaño encontrado en la ciudad ibera de Cástulo, Jaén, y expuesto en el Museo de la misma ciudad. Nos da una idea de la forma de nuestros leones y sus dimensiones.


Pido que todos estos hallazgos se preserven para el Peñaflor del mañana, porque seríamos una gran potencia monumental e histórica de la provincia e incluso de Andalucía. Trabajaremos porque el día de mañana futuras generaciones disfruten y se beneficien de este gran legado. El primer paso lo estoy dando, poniéndolo en valor.

domingo, 26 de noviembre de 2023

Patrimonio a desenterrar I: Puesta en valor de Mosaicos de epoca romana

 Todos escuchamos como aquí o allá en nuestro término se encuentran restos de nuestra antigüedad y vemos, tristemente, como son expoliados, se pierden en casas particulares y, lo que es peor, se venden y desaparecen para siempre.

La riqueza monumental e histórica de nuestro pasado remoto es un patrimonio que puede generar inmensa riqueza en la actualidad si se pone en valor y se conserva para futuras generaciones que puedan valorarlo y conocer nuestra rica historia.

Desde este blog también intento crear conciencia de nuestra importancia histórica y de la que tienen los restos a preservar para conocer mejor quienes fuimos. Quizá, algún día, veamos un museo local lleno a rebosar con tantos vestigios que pocos pueblos pueden igualar. Mientras tanto, hay que preservar lo que tenemos y custodiarlo para ese día.

Las actuales obras del EDAR, como era de esperar, han sacado a la luz numerosos restos al pasar por las inmediaciones del núcleo urbano de la Celti romana y de varias necrópolis de esa época y posteriores y, me consta, que el propio ayuntamiento ha pedido explicaciones de cuanto se conoce y estudia de estos hallazgos para que al menos quede constancia.

¿Quién tiene responsabilidad para conservar, poner en valor y estudiar los restos que aparecen?

Supongo que todos los peñaflorenses ansían saber más de todo ello, porque es parte de todos nosotros.

Hoy os traigo un cachito de este patrimonio que no puede verse pero que está y que, algún día, deberá ponerse en valor y que todos lo puedan disfrutar: Nuestros Mosaicos.

Ya advierto que esto es solo una muestra de todos cuantos han aparecido y aparecerán, se han perdido o se han vuelto a cubrir sin su debido estudio, pero valga como muestra de lo rico que somos.

George Bonsor, "The Archaelogical expedition along the Guadalnuivir" publica los dos que descubrió en las excavaciones realizadas en la meseta de Celti a finales del siglo XIX, 



El primero de ellos está realizado en opus tesellatun, en colores blanco, negro y algunas teselas de otro color. De temática naturalista, representa un grupo de peces, calamares, gambas, mantas, los tentáculos de lo que parece un pulpo y algas marinas silueteados en teselas negras. De muy buena factura presenta similitud a otro mosaico de tema marino hallado en Córdoba y que constituye el fondo de un estanque. Él cree que perteneciera a unas termas, por la temá­tica y porque el mosaico bordea lo que él llamo "brocal de un po­zo"o fuente central sobre un estanque en el que estaría el mosaico. También presenta similitud con el “Thyasos” de Itálica (mosaico de temática marina en el que está representado Poseidón en un carro tirado por tritones).

El mosaico es fechable hacia la segunda mitad del siglo II d.C. y comienzos del III d.C.




El segundo mosaico encontrado por Bonsor pertenece a una domus y por sus características parece que se encontraba en una habitación de la casa que excavó.

Es un fragmento de una esquina, de temática geométrica, con lazadas vegetales que enmarcan la esquina, a cuyos lados aparecen dos estrellas de cuatro puntas. La trenza que forma y las estre­llas se sitúan sobre lo que parece ser un octágono que probablemen­te en su interior tendría una representación naturalista de escena mitológica o animalística, al estilo de los mosaicos de la Nova Urbs de Itálica, con los que presenta gran similitud.

En el exterior del octógono, en uno de sus lados, aparece re­presentada, también en teselas negras, una media flor de ocho pétalos.

Este mosaico también sería de la segunda mitad del siglo II d. C.

Otras muestras diferentes aparecieron casualmente entre 1972 y 1979 en dos villas romanas a las afue­ras de Celti: Villa romana "El Tesoro" y Villa romana "Ermita de Villadie­go". 

Acabaron fragmentados en su mayoría, por obras o con motivos de tareas agrícolas, a excepción de uno, que se volvió a sepultar sin estar fragmentado. To­dos presentan motivos geométricos y son policromos. Solo se conservaron fragmentos en casas particulares o en el pequeño museo de la torre de la ermita de Villadiego. Fueron documentados por jose Francisco López Muñoz en su día y así tenemos al menos constancia de ellos y sus geométricos dibujos.

En unas obras realizadas por la Compañía Telefó­nica Nacional en 1972 aparecieron dos, pertenecientes a una misma villa romana. uno se destruyó y otro se volvió a cubrir.

El primero está realizado en teselas negras, blancas, anaranjadas y azules. Presenta similitud con otros mosaicos aparecidos en Córdoba (Museo Arqueológico Provincial) e Itálica. Fechable Hacia el S. II d.C.

El segundo de esta misma villa romana comparte cartón con otro de iguales características y composición existentes en la Casa de los pájaros de Itálica, por lo que había que fecharlo en el siglo II d.C. con teselas blancas y negras y pequeños rombos azules.

Parece simplemente el marco de una imagen central, aunque es de gran vistosidad.


En las campañas de investigación arqueológica de Celti, y concretamente sobre el edificio altoimperial de Celti hasta el S. II d. C. (El foro) y posteriormente la gran Domus que ocupó su lugar, se encontraron restos de mosaicos que pavimentaron en su día dichas estructuras. Estas campañas se llevaron a cabo entre los años 1989 y 1992. Se sabe que el gran patio central del edificio estaba cubierto por un mosaico de opus spicatum (ladrillos de perfil forman­do espigas). En la gran Domus se han detectado mosaicos de opus spicatum en el jardín y de opus signinum (tejas partidas en trozos pequeños, mezcladas con cal, y luego golpeadas con un pisón) en las habitaciones.

 
Muestra de opus spicatum (en espiga) como el del suelo de la gran domus de Celti

 
Muestra de Opus signatum como el que pudo haber en otra de las habitaciones de esta domus de Celti.
 

 
Fotografía que hice yo mismo hace unos años sobre el lagar (hendiduras cerca de una zona donde prensar furto para la obtención de aceite o vino) en opus spicatum de las inmediaciones del castillo de Almenara.
 
Nuestro término está plagado de restos de villas romanas, yacimientos aún más antiguos de poblamientos, estelas e incluso algun dolmenn que quizá puedan desaparecer por el propio uso de las tierras. Cientos de yacimientos en nuestro pequeño territorio que no es más que una porción de lo que abarcaba administrativamente la Celti romana, mucho más al norte y al sur. Eso habla de nuestro esplendor de antaño y de lo poco que imaginamos y valoramos de quienes fuimos.