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domingo, 23 de octubre de 2022

Nuestros apodos: Gusano

 Peñaflor, como todos los pueblos, siempre ha tenido una forma genuina de identificar a sus habitantes y sus familias. 

Aunque siempre hay debate sobre la idoneidad de nombrar por los motes y apodos a las personas, en mi opinión es una riqueza más de nuestra forma de ser y nuestro lenguaje, siempre que el citado no se ofenda por ello. Es más, yo me siento orgulloso de llevar los míos porque representan a esos familiares que ya no están.

Algunos motes son más agradables que otros, sobre todo por la forma en que dieron origen. Muchas situaciones o costumbres dieron origen a apodos escatológicos. Una parte del cuerpo característica, un trabajo o un parecido razonable pueden otorgarte un mote en el pueblo, pero para que sea un apodo en toda regla debe pervivir en el tiempo y que tu descendencia se conozca por el mismo mote o lo identifiquen por los hijos de (apodo).

Hoy os vamos a contar el origen de otro de nuestros motes queridos, de unas de las familias más numerosas de Peñaflor. (al final todos nos acabamos tocando por algún familiar u otro). 

El apodo "Gusano" tiene su origen en Peñaflor, en la cría del gusano de seda a principios del siglo XX por una familia.

Aunque después se extendió la actividad económica de la cría de este animal por muchas familias, dados los beneficios que otorgaban en tiempos de extrema escasez de posguerra, fue esta familia pionera quien recibió dicho apodo.

Cuentan que Dª Antonia Carranza y D. Antonio García, abuelos de Pepe "El Fontanero", vivían a principios de siglo en la presa de Peñaflor por ser él el capataz de aquella finca al otro lado del Guadalquivir.

Allí, disponían de toda una habitación de la casa para la crianza industrial del gusano de seda al que abastecía de hojas de moreras de tantos árboles como había antiguamente por la rivera y los caminos.

Además, durante la dictadura se favoreció enormemente esta actividad que comenzaba a despuntar en nuestra economía y hasta suponían tiempo de permiso o incluso evitar ir a hacer el servicio militar para aquellas familias que generasen un determinado número de capullos de seda.

Esta pareja primigenia del apodo Gusano tuvieron a Desiderio y Rogelio García Carranza (padres y abuelos de la actual enorme familia con este apodo).

Información extraída de familiares y de la revista Almenara "Los apodos de Peñaflor".

En esta foto se representa el oficio de la crianza y recolección de la seda. Dicha imagen apareció anteriormente en nuestro blog en la entrada dedicad a José Milán y sus memorias escritas.

Podéis ver a José Milán y Mª Carmen, su mujer junto a los padres de esta, abuelo y hermanos. Todos recogen los capullos de seda construidos sobre los ramajes puestos para tal fin en la habitación donde criaban al voraz gusano.

En este pasaje de su vida nos relataba:

"...mis suegros hicieron lo mismo, tenían una habitación de la casa destinada sólo a los gusanos. Cuando faltaba un par de semanas para que el capullo estuviera formado, todos íbamos a buscar moreras y llevábamos un burro con nosotros.

Así aprovechábamos y cargábamos bastantes sacos: el burro cuatro y entre mi suegro y yo llevábamos tres. 

En total siete sacos, que le echábamos a las cuatro de la tarde a los gusanos y por la noche ya se lo habían comido. 

No había visto en la vida, bichos que comieran tanto, así estuvimos los 20 días que duraba el ciclo. Luego, una vez recogido los capullos se lo llevaban a Ytasar y les pagaba lo que correspondiera en ese momento."

Así de curioso es el origen de este mote. Mi idea es el de ir desentrañando el origen de cada uno de los cientos que conforman nuestro pueblo y para ello necesito de vuestra ayuda.

A la derecha del blog hay un formulario de contacto donde podéis contarme el origen del vuestro o cualquier sugerencia, duda o mensaje. Estaré encantado de atenderos personalmente. ¡Un abrazo!

domingo, 16 de octubre de 2022

A la Mujer Rural

 Ayer, 15 de octubre se celebró el día en honor a la Mujer Rural, palabras en Mayúsculas para definir a nuestras mujeres, madres, hermanas e hijas que son la columna vertebral de nuestra sociedad en los pueblos, en los campos, en nuestras casas... en cualquier oficio que sus habilidosas manos elaboren y, cada vez más, dirigen, innovan y tienen voz activa.

A tantas y tantas mujeres como las que tenéis ahora mismo en mente va dedicada esta entrada del blog. 

Hoy podríamos llamarle "La memoria de todas esas cucas".


Las reuniones de jóvenes para coserse el ajuar o los talleres de corte y confección. También se iban las niñas a aprender a coser con las Hermanas de la Cruz. Aquí una entrañable foto del momento de costura de Carmen Luna (la tercera de abajo por la izquierda) junto a primas y amigas y las experimentadas manos de las mujeres mayores. 

También aprendían oficios y labores para llevar un dinero extra a casa a la vez que socializaban con el resto de mujeres. Aquí en la costura de "La Nieves" en 1961 en la que están entre otras: Francisquita Naranjo, Paquita Ávila, Nieves Ávila, Carmelita y Aurora.

Taller de costura en Peñaflor en 1899.
 
Otra estampa típica eran las familias que iban andando a Almenara con la comida en cestas y bebida. Aquí la familia numerosa Domínguez Cruz: Mi abuela María con sus hijos Enrique, Manuel, Miguel, Conchi, Ana Mari y Juani.

Con mucha menos edad que hoy en día, las mujeres traían al mundo una numerosa prole, sobre todo en el "baby boom" de los 60's donde las familias tenían más de 4 hijos de media en nuestro pueblo. 

Las mujeres han sido capaces de acompañar al hombre a las tareas del campo, (no había otra...) pero además se encargaba en exclusiva de las tareas del hogar y los hijos. Sobre estas líneas mujeres junto a algunos hombres en el maíz en la finca de "El Vinco" (Peñaflor). Años 60's 

En las celebraciones religiosas desempeñan una labor especial desde siempre, aunque oficialmente no ocupen el lugar que merecen. Aquí unas devotas llevando la cruz de guía en el regreso de nuestra patrona a su ermita. Una de Ellas es Ana Carranza "Celestina" junto a su hermana y otras amigas. año 1948.
 
La educación las había hecho felices siendo útiles en el hogar y, aunque debían tener la autorización de sus maridos para poder comprar cualquier cosa para su casa, recibieron con ilusión su primera labadora... que al menos mitigaría la tediosa labor de lavar en la pila o incluso en el arroyo. Eso fue cuando el agua corriente llegó a Peñaflor y no tenían que traerlas desde las fuentes públicas. Aquí Isabel Rodríguez posando junto con una lavadora de tambor superior de aquella época de los 70's.
 
Aquí tres grandes mujeres y madres: Trinidad Buenafuente, Concha García (su madre) y Conchi Osuna, limpiando los peces que tan famosos eran en el pueblo. El adobo y frito del bar de Concha era un manjar y muy apreciados por la cuadrilla de mineros que bajaba desde la preciosa a comer para volver luego al tajo.  
La mayoría de las veces, solo conocimos a nuestras mujeres mayores vestidas de negro y no de otro color. Sobre todo, en aquellos que sobrevivieron a la guerra civil, contaban con algún difunto en su familia o posteriormente en la llamada "época de las hambres" donde fallecieron de una forma u otra muchos adultos pero también hijos. sobre estas líneas mi tatarabuela materna Ana Bertolet Cordero "Anita la Benita" (como la conocían) junto a dos tías mías.
 
¡Ay las mujeres, lo que han sufrido en esos campos! Aquí mi bisabuela Josefa Moreno junto a su hija y otras mujeres recogiendo aceitunas con sus manos expertas y encayadas, en los campos de la Puebla de los Infantes allá por los años 50's.
 


Aquí mujeres ataviadas típicamente para la recogida de Algodón. Son Paqui "La Tupela", Antoñi Vivas, Ani García "La Jarapa" y Mariquita "Patrana", en la Gasolinera de Villadiego. La piel oscura no era estética en esa época, así que la cubrían lo mejor posible del sol.



Aquí, Mariquita y su hermano en plena faena recogiendo algodón a mano.
 
Cualquier momento es bueno para unas risas. Aquí en una entrañable escena tras el trabajo, se distingue a Toñi Vivas arriba a la izquierda. Fíjense en los detalles de sus ropas de trabajo para evitar el tórrido sol y también la imagen del fondo. ¿Podría ser la piscina que había en lo que hoy es la gasolinera cerca de "Las Villalonas"? 
 
Toda la plantilla de trabajadores de los telares de la fábrica de Harinas y Tejidos de Yute Sánchez Pastor. Finales de los 40's.

46 puestos eran ocupados por mujeres más dos hombres que coordinaban a las mujeres y revisaban la maquinaria.

Las siguientes niñas, "de blanco inocencia" so hoy abuelas que conservan con cariño el recuerdo de aquella mujer y aquel tiempo. Seguro que muchas las reconoceréis.

Están, arriba: Mª Loli Carranza, Rosario Bajo, Rosarito Bravo, Mª Ruiberriz, Adela Fernández, Ana Montoro, Matilde Chica, Carlota Meléndez, Antonia Ruiberriz. En la segunda fila: Mª Pepa Fernández, Margarita gutierrez, Mª Dolores Ruiberriz y angelita Tellez. Agachadas: Merchi Barco, Paqui Naranjo Osuna, Mari Bello, Irene Ruiberriz, __. 

La mujer rural, más presente que nunca en el vivir y sentir de nuestros pueblos. Vivieron tiempos duros y se esforzaron el doble para conseguir lo que hoy tienen. Abnegadas de su familia y sus hogares, supieron multiplicarse para traer lo mejor a sus casas. Vaya el homenaje hoy para ellas.