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domingo, 29 de julio de 2018

Reuniones de trabajo y amigos: buen ambiente asegurado

Se dice que un equipo es como una familia, ya sea en el trabajo o en el deporte, y es esta una premisa que se cumple en el 100% de los casos. Cuando las relaciones laborales se basan en la confianza y en la complicidad se consiguen grandes cosas. Eso podría decirse de estas fotos cedidas por nuestro amigo Manuel Genici oque os traigo hoy. Principios de los 90s, trabajadores del ayuntamiento reunidos en torno a un perol en lo que todos llamaban "Los Pantalones" por ser precisamente el local cedido para una empresa de confección de pantalones que dio trabajo a muchas mujeres. El mismo local que hoy usa el PER para guardar sus aperos y herramientas dentro de la Viña.
Cualquier escusa es buena para una reunión entre amigos y esta lo era, propiciando el buen ambiente en todos los sentidos. Aquí entre risas están: Curro Mantero, José Genicio "Patrana", Pepe Osuna "El Maestro de la Villa", Juan López Doblado "Jarapo", Juan Díaz "Melón", Juan García "de la Ramona", Fernando Cruz (futuro alcalde), debajo Manuel Delgado "Anchoa", mi padre Lorenzo Parra, sobre él Moisés Ruiz (alcalde de entonces), Moises Ruiz "el del agua" y Pepe Sánchez. 

En esta otra del mismo día Moisés Ruiz "el del agua", José Genicio "Patrana", Luis "El Campanero", Lorenzo Parra y otro hombre en torno a una pequeña mesa con preparativos.

También es buena escusa para pasar un buen rato el momento de celebrar algún logro, una jubilación o cualquier otro evento. Aquí en los 80's en lo que parece ser el interior del antiguo ayuntamiento (actual biblioteca).
Están en torno a una mesa: Toribio López (p. municipal), Pepe Carrera, Sebastián García, en el centro José Sánchez "Sargentillo" (que hacía siempre de cocinero en las reuniones), detrás con una gran rebanada hincada en una caña José Genicio "Patrana" (p. municipal), a su lado Pepe López, Manuel Domínguel (el alguacil y p. municipal), Ortensio García (antiguo operario de limpieza), Enrique Gómez (p. Municipal) y Pepe García (El fontanero). 

Siempre se recordarán con cariño aquellas reuniones que un día tuvimos, aquellas entrañables charlas alrededor de una buena mesa y sobre todo aquelas personas que ya no están entre nosotros, pero que están más presentes que nunca al recordarlos una vez más.

domingo, 22 de julio de 2018

Andaluces con los pies en la tierra: El algodón

Sacudiéndonos los tópicos como cuando nos sacudimos el barro después de la dura faena. Eso sería una imagen que haría cambiar la visión de andaluces y andaluzas más arriba de Despeñaperros. Y es que aún hoy se sigue pensando que aquí no se trabaja y que solo nos gusta la fiesta. Esto último sí... pero después de haberlo dado todo en faenas, que aquí bajo el imponente sol, son si cabe más duras que en otros sitios.
Fama hemos tenido y tenemos los andaluces de levantar medio mundo a base de esfuerzo, como aquellos que os fuisteis a países como Francia, Alemania... y otras regiones como Cataluña.
Aquí, como en todos los pueblos de la vega del Guadalquivir, los hombres y mujeres tienen bien clavados los pies en la tierra, como digo en el título, pues quiero decir que somos capaces y conscientes de nuestro potencial y que nuestra riqueza está en el campo, el cultivo y la propia tierra.

Aquí os dejo fotos que demuestran que, incluso en las condiciones más adversas que se vivían y aún se viven en el campo andaluz, nuestro carácter hace de cualquier tarea algo mejor. En concreto son fotos de la cogida del algodón en los años 60s pertenecientes a Toñi Vivas y Manuel López Doblado:
Aquí están, aunque difícil de distinguir con sombreros, pañuelos y demás atuendos: Pepe, José López, Mariquita Sánchez Corredera, Toñi Vivas, Juana Mármol, Paqui Galindo y muchas otras. 

Aquí en una entrañable escena tras el trabajo, se distingue a Toñi Vivas arriba a la izquierda. Fíjense en los detalles de sus ropas de trabajo para evitar el tórrido sol y también la imagen del fondo. ¿Podría ser la piscina de la gasolinera de Ángel Pool?


domingo, 15 de julio de 2018

Aquella vida sencilla: Bañarse en el Retortillo

Eran aquellos tiempos, na hace mucho, época en la que ser feliz con cosas sencillas, sin pretensiones... y en las que la alegría se veía en las calles, en el murmullo de decenas de niños jugando o el de las familias compartiendo una mesa larga, in rencillas, en bodas, bautizos, comuniones, en el día de Todos los Santos...

En aquel tiempo en el que no es que no se tuviese nada, sino que no se necesitaba más para sentirse bien, los veranos los pasábamos durmiendo en un colchón o una manta en el suelo de la casa, o en el portal, con las puertas abiertas siempre sin temor a nadie, eran eternas las noches sentados en la puerta en las mecedoras y sillas de enea y muchos se bañaban en ríos y arroyos para refrescarse en las horas más calurosas.

Aquí os traigo hoy algunas fotos que os harán añorar aquella época de pocos requisitos y mucha alegría entre familia y amigos. Fotos cortesía de la pareja Manuel Genicio y María José Rivera Villarino. Gracias a los dos:

En esta otra foto se ve como montan rápidamente la pequeña mesa plegable para almorzar allí mismo su madre Manuela Villarino y su abuela entre otras.

Todo eran risas y juegos en las domésticas aguas del Retortillo a su paso por el poblado de La Vereda.
Algunos amigos me cuentan del kiosco que montaba allí y que siempre estaba lleno de gente disfrutando del entorno. También me hablaron sobre la venta que hubo a la orilla del Retortillo, río abajo, junto a la carretera hacia Palma del Río. 

Los padres de María José, Manuela Villarino y Paco Rivera, en una idílica foto en medio del cauce del Retortillo.

Da gusto recordar aquella época en la que no hacía falta tecnología para tenerlo todo y cuando lo material pasaba a segundo plano para que la felicidad de todos sea lo primero.


domingo, 8 de julio de 2018

El origen de los apodos I: Lagarto

Los orígenes de los apodos muchas veces se pierden en el tiempo, otros se recuerdan porque surgieron de una anécdota o circunstancia. Estos, lejos de ser una mofa, muchas veces tienen condición de distintivo familiar o de clan, cosa muy arraigada en los pueblos como el nuestro. ¿No os ha pasado alguna vez que has preguntado por el nombre o apellidos de alguien y no han sabido orientarte sobre él o ella y si le indicas el mote familiar saben perfectamente de quien se trataba?
Hoy os hablaremos de uno de ellos. Pero no cualquiera, sino el de una de las familias más numerosas y arraigadas en Peñaflor: "Los Lagartos".

Decía una cancioncilla de "la murga" eso de... <<Al pasar por la calle nueva, lo primero que se ve: los Lagartos" y los "Ratones" sentados en el sardinel.>>
Haciendo referencia que en esa calle, precisamente, podía encontrarse a una de las familias de las que hablaremos hoy, la mía.
En el número 10 de esa calle vivía Balbina Dantas Cano y Lorenzo Fernández Sánchez, mis bisabuelos con sus numerosos hijos y luego también sus nietos en una casa de vecinos en la que bullía el gentío  y las correrías de los niños dentro y fuera de la casa.
Pues era precisamente el padre de Lorenzo, Antonio Fernández Guerra a quien apodaron por primera vez "Lagarto" por su costumbre de comer eso que para él era un manjar: Ancas de Lagarto. Una comida no demasiado atípica por la época. Y por aquello tan andaluz de suprimir palabras lo llamaban directamente "Lagarto", así lo heredó mi bisabuelo Lorenzo y su hijas e hijos, mi abuela Balbina y sus hermanos Teresa, Loli, Lorenzo, Pepe, Antonio y María.

Aquí mis tíos Lorenzo y Antonio con una muy recordada burra y el carro con el que daba portes desde la estación y entre comercios y bares. Su padre, Lorenzo, se dedicaba a  llevar equipajes y cargas desde la estación también.

¿Quién no recuerda a mi tía Teresa o Loli "pregonando" por las calles de antaño el famoso Helado Mantecado o Almendrado "de la misma pipaaaa"?"El Helado de Lagarto".
Como anécdota se acuerdan mis mayores que en la panadería de "El Trillo" (otro mote que ya tratamos anteriormente) le hicieron un pan en forma de Lagarto que, ni corto ni perezoso, Lorenzo colocó colgado en la entrada de su casa pintado de verde... y que en su día, el 10 de agosto, al felicitarlo siempre decía que él no se llamaba Lorenzo, sino Lagarto...

Así llegamos a hasta nuestros días en los que no es tan frecuente llamar por los motes y el heredero de aquel mote más longevo es mi tío-abuelo Lorenzo Fernández Danta, al que todos reconocen por su servicialidad y buenas maneras. Todo un caballero a su avanzada edad.
Mi tío abuelo Lorenzo Fernández en un vídeo sobre Peñaflor del programa Destino-Andalucía.

También somos una gran familia a la que no nos suele molestar ese apodo que tanta historia ha dado a nuestros miembros, los cuales sobrepasamos hoy ampliamente la centena.


domingo, 1 de julio de 2018

Bar "El Loro": Con sabor a lo auténtico

Corría mediados de los 50s cuando abrió sus puertas este elegante bar en "el llano", conocido como Plaza de Ntra. Sra. de Villadiego. Este era un lugar céntrico como nudo de calles en todas direcciones y como punto de descanso en la travesía. Aquí se han abierto muchos bares como "El Palaustre", el Disco Pub "El  Óvalo", Bar el llano y muchos otros, así como el kiosco de madera llamado "de la alegría" y más tarde la Churrería de Curro "El de los Geringos", donde hoy sigue habiendo una churrería que ostentan las hermanas Paqui y Tere Sánchez García.
Era el lugar donde se colocaba a veces el circo y otras las atracciones para alguna verbena como el güitoma o las barquitas.
Hoy en día impone aún la imagen de este local que fue uno de los bares mas reconocidos y visitados de Peñaflor.
Genuina foto de uno de los barman que lo ostentaron con un perdigón sobre la barra.

Mi madre recuerda que iba de pequeña y mientras se tomaba una coca cola veía con asombre una de las primeras televisiones y la emisión del boxeo o fútbol.
Una vista general de la barra del bar donde se sucedieron tantas y tantas reuniones de amigos. A la derecha de la imagen los porrones o botijos típicos no hace muchos años pero perdida la costumbre en la actualidad.

Por aquel entonces el Bar "El Loro" lo regía su propio dueño, Antonio Naranjo, junto a sus hijos pedro Luis y Paqui.

Mas adelante fue un tal Luis y su mujer, María Eugenia González, quien lo llevarían, para pasar a ser arrendado luego por Ismael Carazo y su mujer Nati Gómez, junto a sus hijos Vicente, Efrén y Maribel.
Tras esta familia volvería a mano de los dueños de dicho local, ostentándolo en 1981 Paco García junto a su mujer Paqui Naranjo (hija del antiguo dueño), pero solo por un año, tras el cual el propio Paco transformaría el negocio en el reconocido horno junto con su hermano Manolo García y el "Pan de Rosenda".
El Loro que dio nombre al propio Bar por su singularidad. Esta foto está tomada desde dentro del bar sobre las rejas de su terraza. Al fondo pueden verseunos olivos en lo que hoy son las calles Soria, Cáceres, etc. en dirección a la carretera de la Pueblo de los Infantes por "el Turuñuelo". 
Foto en la puerta del bar "El Loro" de un pequeño Lorenzo Sánchez Fernández sobre una antigua moto. Al fondo se puede ver el comienzo de la calle Federico García Lorca, antigua Guerola.

Ya entrado el siglo XXI cesa la actividad del horno de pan y en la actualidad este magnífico local se dedica a alquiler para celebraciones como comuniones o bautizos.
Gran terraza cerrada al exterior por sus vistoso enrejado que conserva la misma solería genuina.

Una panorámica del interior del local en la actualidad con gran capacidad para celebraciones.

Vista del exterior del local que no ha cambiado mucho desde que abriera las puertas en los 60's.


Muchas gracias a quienes nos ceden estas fotos que podréis encontrar también en el facebook "El Loro" o mesenger @salonelloro.