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domingo, 18 de abril de 2021

La Calle San josé

Con el nombre del padre putativo, esta calle ha representado, mucho tiempo en el pasado, la parte más al este de Peñaflor. En su unión con la calle Largo estaba la capilla de Ntro. Padre Jesús de forma exenta y aislada del resto del pueblo. Esto era antes del traslado de los franciscanos desde el convento de San Luis del Monte a su casa en Peñaflor y construida alrededor de esta antigua ermita.

A partir de aquí no había nada construido hacia Córdoba. Supongo que quizá pudo haber una gran posada en lo que luego fue lel bar y fonda de Bello o Bar Vikingo como también la había en la casa de Segovia. Casi no nos podemos imaginar cómo era toda la zona antes de la llegada del ferrocarril, que cambiaría la estructura y los usos de esa parte del pueblo.

 
En amarillo, la calle San José. Pueden verse las casas y terrenos así como la ubicación del convento de San Lyuis del Monte, la estación de ferrocarril y las calles paralelas. Plano de 1984.

En algunos antiguos documentos aparece la calle San José como Calle de Angulo o de Ángulo, aunque aún debo recabar información al respecto.

 
De forma muy simplificada podemos dividir Peñaflor en las primigenias arterias más importantes. Luego, con la creación de sus ampliaciones y las sucesivas travesías (actuales calle Blas Infante con Federico García Lorca y sucesivamente las avenidas de San Fernándo y San Antonio) estas calle primigenias se quedaron en el casco urbano más interior.
La calle Arroyo por el oeste formaba el primigenio núcleo con la actual calle Ramón y Cajal y bajaba por la calle Bancaflor para unirse a la calle Largo, dibujando el antiguo trazado de las calles de la época medieval y que corresponde con el barrio de la Morería. 
De la calle Blacaflor hacia el oeste se dibujaron a principios del siglo XVIII la calle del Pozo / Aviador Carmona y más al oeste la calle San José.

Entre las curiosidades de la calle San José es el enorme terreno que se encuentra en sus solares y parcelas aún sin construir, como la propiedad que siempre ha sido de la famillia Puig. Este enorme terreno está justo a la espalda o entre las acalle del Pozo/ Aviador Carmona y la Calle San José. Una parte de este pertenecía a la casa Cilla, la casa parroquial, y fue vendida o enajenada para recaudar fondos para sufragar grandes obras de la iglesia. Igualmente podemos encontrar documentos del uso de este enorme zocabón que no es otra cosa que una enorme cantera de sillarejos que sirvió entre otras cosas para la construcción de la iglesia de San Pedro de Carmona o del mismísimo edificio del actual parlamento de Andalucía.

Me cuenta mi tío, nacido en 1933 que un regimiento que ocupó los abastecimientos de trigo y harina de la fábrica durante la guerra civil asentó el campamento y una especie de hospital de campaña en el enorme corralón de los hermanos Pérez, en la calle San José. Dice que desfilaban allí dentro y en las zona (que yo te marco en rojo) también lo hacían, incluso por la propia calle San José arriba y abajo. La zona de arriba está ocupada por lo que hoy es la plaza de abastos municipal, y todos los solares eran del mismo dueño. Recuerda que de muy pequeño iban jugando por la calle a ver desfilar a los soldados y que les invitaban alguna que otra vez a comer algo (con la escasez que había en aquella época). 

Frente a este terreno también se encuentra en la misma calle San José una de las parcelas más grandes de nuestro casco urbano y que pertenece a los hermanos Pérez. Esta parcela daba acceso trasero a los almacenes de aquellos hermanos que se dedicaban a la distribución de comestibles y luego tuvieron su propio suopermercado en Peñaflor. Por una gran puerta entraban y salían los camiones con las mercancías hacia muchos puntos de Andalucía, con un gran volumen de negocio.

Pero si comenzamos desde el sur de esta calle, justo en el cruce con la calle Largo y viendo el Convento enfrente, antiguamente podíamos comrpar fruta en la tienda que allí tenía "Currillo el Río".

Sobre la casa en la que hoy vive Carlos Jurado vivía Catalina que vendía leche (madre de Antonio Álvarez Pérez y Santiago).

 
Carmen Luna en la puerta de su casa, aún lo es, en los años 60's. Puede verse aún el suelo empedrado de la por entonces calle San José.

En la misma acera encontrábamos el corralón de los Pérez (por encima de lo que hoy es la casa de Carmen Luna) y más arriba vivía Paco Ceular que vendía oro y relojes antes de poner allí el primer banco de Caja Rural.

 
Aspecto de la calle en los 90's. se puede ver la oficina de Caja San Fernando en el local de Paco Ceular. Foto cedida por Carmen Luna.

Más arriba sigue estando la plaza de abastos en funcionamiento que da a la calle paralela de Blas Infante y más arriba aún tençia un bar "Mangurro", abuelo del actual Mecánico de "Taller Lázaro Caballero". Me cuentan que puso una de las pocos televisores que había en el pueblo allá por los 60's y que si no consumías en el bar tenías que pagar una peseta para quedarte a ver la película.

Ya arriba de la calle está actualmente el supermercado de José Cruz y la calle acaba por desembocar en el cruce de la calle Blas Infante con la antigua Calle del Trabuco/ Ruiz Osuna y la salida a la avenida San Fernando.

 
Vista hacia el sur de la calle San josé, con el Convento al fondo. años 90's.

Vista de la calle San josé hacia el sur desde un alto balcón. Está engalanada para el psao del Corpus Christi del año 2007. Una procesión extraordinaria en esta calle ya que no suele darse en ella esta ceremonia procesional. Se parecian en el suelo las "juncias" y las ventanas con los faldones encarnados, así como un pequeño altar sobre la puerta de entrada de los antiguos almacenes de los hermanos Pérez. al fondo, otro altar preside el Convento de San Luis del Monte.
 
En el cruce con la calle Largo exite aún colocado una pequeña columna con un tosco capitel. Es un resto romano como tantos otros que se diseminan por las calles del pueblo y que se colocaban a modo de refuerzo en las esqueinas para el paso de los antiguos carros. Aquí aparece junto a un adorno floral para el día del Corpus de 2007 que presidía el paso de la procesión por esa calle.

Gracias a Carmen Luna por sus fotos y su cariño a la que ha sido siempre su calle.

domingo, 11 de abril de 2021

Buscando en el baúl de los recuerdos...

Hay muchas veces que la nostalgia, la añoranza y el un simple suspiro en un momento recordado hace que vayamos de nuevo a ese álbum, ese cajón o esa caja de membrillos a rescatar aquellas fotos de momentos felices y, sobre todo, de personas que jamás desaparecerán de nuestro corazón.

Otras veces nos embarcamos en la búsqueda de nuestros antepasados y somos cada vez más que queremos saber de nuestro árbol familiar y rescatamos fotos, documentos y datos de diversos archivos, álbumes y lugares... 

En ocasiones, como pasa en este blog a menudo, un documento que parece no tener relevancia nos abre un mundo de posibilidades para descubrir cosas nuevas del pasado y datos nuevos que desconocíamos de nuestra familia. Pasamos a enseñaros algunos de estos documentos que quizá tengáis y nunca prestasteis atención. ¿Nos enseñáis las vuestras?



Las estampitas de comunión dan algunos datos importantes, como dónde se encontraban esos familiares con esa edad o posiblemente dónde se asientan sus datos eclesiásticos. Sobre estas líneas las de mis padres.

Los libros de familia son extensos datos sobre nuestros antepasados con fechas y nombres completos. Aquí el libro de familia numerosa de mis abuelos maternos.
 
Había otros muchos documentos que pueden darnos datos como las cartillas de los trabajadores de RENFE con la que sus familiares podían viajar gratis. Un beneficio que era todo un privilegio.

 

Sobre todo, los DNI nos daban más información antes, incluso que ahora, indicando el nombre de los padres, fecha de nacimiento e incluso lugar de nacimiento. Bajo estas líneas los carnets de dos de mis bisabuelos Villadiego Rodríguez Lorenzo y Enrique Cruz Arroyo, padres de mi abuela materna María de Villadiego Cruz Rodríguez.



También podemos encontrar información en periódicos, en cuanto a bodas, esquelas, asignación de puestos del estado como médicos o maestros...
En antiguas postales podemos encontrar no solo direcciones y fechas, sino los propios sentimientos de aquellos antiguos familiares y sus amistades. Bajo estas líneas la foto-postal de un doctor que consiguió sanar la maltrecha pierna del padre de Paquita Sánchez, mujer de Antonio Linares. Magnífica imagen del doctor, muy de la época de principios de siglo, agosto de 1906.


Sobre lugares y posesiones, cultivos y demás datos geográficos se puede consultar on line el Catastro de Ensenada. Aquí el principio de las páginas dedicadas al por entonces "despoblado de Almenara" que gozó de jurisdicción propia independiente del término de Peñaflor.

Esta otra es la primera página dedicada al propio pueblo de Peñaflor.

También en los diarios y anuarios de comercio hay magníficos datos de negocios, números de teléfonos antiguos y gremios. Son las antiguas páginas amarillas. Tienen datos asombrosos del desarrollo de nuestro pueblo.

También son relevantes los recuerdos de defunción: unas esquelas en forma de estampilla con oraciones que se entregaban durante el funeral, para el recuerdo del difunto y sus datos. En esta curiosa estampilla de plena guerra civil se recuerda a un personaje que murió en Peñaflor y dio nombre a una de sus calles, la actual calle Arroyo, antigua Brigada Martín Conde.

Algunas acciones de empresas y compañías antiguas como nuestra mina de cobre también nos dan datos curiosos.

Documentos oficiales con firmas y nombres como estas escrituras que otorgan un nombramiento o una posesión a uno de los primeros colonos fundadores de nuestros pueblos de colonización de Vegas de Almenara.

Documentos manuscritos como los padrones pueden darnos fidedigna información de habitantes, posesiones y demás. Esto es un padrón de armas de Peñaflor publicado en el blog de Emilio J. Navarro en su blog "Entre Dos Ríos". En el Archivo Municipal de Écija se conserva una interesante documentación sobre la villa de Peñaflor fechada en el año de 1636.

Recuerdos de ceremonias importantes como esta primera misa de un sacerdote también nos dan datos sobre el momento y el lugar, tanto así como de la persona en cuestión.


A parte de estas fuentes que se podrían considerar secundarias, son los propios archivos civiles y religiosos donde se recoge la mayor cantidad de información sobre nuestros ancestros. En concreto podremos buscar en los archivos civiles nacimientos, matrimonios y defunciones desde 1870 a la actualidad. En la iglesia donde asentaron a los familiares que buscamos bastante más atrás en el tiempo, encontrando bautizos, matrimonios (y expedientes matrimoniales con muchos más datos), confirmaciones, padrones- callejeros y defunciones hasta el siglo XV o XVI cuando empezaron a hacerse necesario y obligatorio para las parroquias recoger los datos de sus feligreses. En concreto en Peñaflor comienzan a asentarse datos continuados desde 1613 aunque algunos legajos son mucho más anteriores, pero no siguen una continuidad.
¿Os animáis a escarbar sobre ese pasado que nos ha traído hasta aquí?

domingo, 4 de abril de 2021

Noches de Cine

 Corrían los años 60's cuando Peñaflor vivía una de sus épocas mas prometedoras. comenzaba el aperturismo y aquellos maravillosos años venían con movimientos sociales y culturales que cambiarían el blanco y negro por el color.

La amplia natalidad de aquellas décadas trajeron las familias numerosas y el bullicio a las calles y plazas, florecían los negocios en el pueblo (solo hay que ver la publicidad en las revistas de feria) y cada dos casas alguien vendía algún tipo de producto: leche, verdura, carne... e incluso teníamos medianos comercios como "La ciudad de Málaga", la tienda de modas de Carmela Ruiz, los ultramarinos de "El Portugués", la tienda de Jesús Mendoza... igualmente floreció el ocio en nuestro pueblo, manteniendo por entonces dos cines, el de Bello y el de Meléndez, que además era teatro y se instalaban carpas de circo en lo que hoy es la plaza de Villadiego (El Llano) o la zona que luego ocuparon los grupos escolares (junto al bar "El Trastero").

Los paseos de parejas y jóvenes era a través de la calle Largo, entonces llamada Antonio Parias y actualmente Juan Carlos I., partiendo de la plaza hasta llegar a la estación, recorriendo los cruces adyacentes como el del "Cantillo" y viendo a su paso el bullicio de la gente parada en la tienda de "La Melu", el puesto de "la garbancera" y los bares como el Bar Central, Bar de Segovia, el de Currillo el Río, el antiguo bar del Tato (donde se cantaba flamenco), el casino, el club de cabezas de Familia... entre otros.

Pero si un lugar era el emblema de ese resurgir era el cine. En él se reunía el pueblo y por un precio que practicamente todos podían pagar, podían disfrutar y ver más allá en la pantalla aquellas películas de cine mudo, o los estrenos que muchos veían durante varios pases, fascinados por las modas y los efectos de aquellas primeras proyecciones en pantalla grande.

En las siguientes fotos que nos regala Andrés Bello Mallén, podéis ver bien de ese ambiente mágico del que os hablo y muchos recordaréis:

Esta es una foto muy añorada por todos nosotros, la entrada del cine Bello en su pleno apogeo. La calle abarrotada esperando entrar a la sesión nocturna. Un hombre cobrando la entrada en una pequeña mesa y alguien que vende frutos secos, altramuces o garbanzos, almendras o castañas tostadas  en un canasto de mimbre justo antes de entrar. Casi podemos escuchar el bullicio y las risas de la gente.

 

Sobre los paneles, las fotos de los actores del momento y los carteles de las películas de estreno.

En las siguientes dos fotos del cine de verano os recordará el olor a río de aquellas noches de calor, la brisa que a veces aliviaba y sobre todo aquellas películas que se grabaron a fuego. ¡Qué maravilla!

En invierno el cine era interior y son muchas las anécdotas de aquellas sesiones en las silla de anea, las travesuras de los más jóvenes, los abucheos y gritos de alguno que ya vio varias veces las escenas o cómo destripaba el argumento Miranda. Al fondo, las parejas se sentaban más intimanente en "la fila de los mancos", pese al encorsetamiento moral de la época.

En verano se regaba el albero del exterior y se instalaban las sillas frente al pantallón sobre la pared en aquellas tórridas noches. 

 En este mismo lugar se celebraban comuniones multitudinarias de todos los niños de cada época, bodas y otras celebraciones y eventos, una vez que se extinguió ese sueño del cine en Peñaflor. Como recuerdo de aquella época aún queda la pantalla sobre la enorme pared del cine de verano y algunos enormes carteles de antiguas películas en el pasillo de entrada al enorme recinto.