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domingo, 26 de mayo de 2024

Patrimonio a desenterrar del olvido III: Dos hipogeos romanos en la calle Blas Infante

 Esta sección que os dedico de vez en cuando trata de mostrar parte del patrimonio que seguramente nunca habéis visto o ni siquiera sabéis de él y, sin embargo, es parte importante de nuestra identidad y sirve para situarnos en la importancia de nuestro pasado.

Hoy os hablo de dos hipogeos que hay en día están bajo las casas actuales de la calle Blas Infante, Tras la Guardería Santa Cruz, y antes de la travesía que conforma la carretera con las Avenidas San Antonio y San Fernando.

Los hipogeos son enterramientos subterráneos a modo de panteón, donde se guardaban los restos o cenizas de varios miembros de una misma familia, normalmente de cierta relevancia.

Hipogeos visitables y visibles aún hoy son los de la calle de las Cuevas, dentro de las numerosas casas rurales y la cueva que posee el ayuntamiento, para poder mostrar lo que fueron estos enterramientos al otro lado del arroyo de las Moreras, que separaba esta necrópolis de la ciudad romana de Celti.

Si pensáis el barrio de la Morería como un enorme promontorio y bajo ella estas nuemerosas cuevas (artificiales y algunas naturales) podréis situar al este otro hipogeo visitable, el de la ermita de los Santos Mártires, formado por dos cámaras (una de ellas donde está el altar) en la calle Blancaflor.

Esta zona, aunque más alejada, sigue formando parte de la necrópolis (cementerio) más al este de la ciudad romana, junto con enterrameintos aparecidos en la calle Nueva y Calle Juan Carlos I, en diversas obras.

Pero los hipogeos que nos ocupan están todavía más alejados, y G. Bonsor, cuando visitó nuestro pueblo, lo creyó alejado de la civilización, siendo demostrado luego que hay restos cinerarios en la zona de la calle de la Cruces y el antiguo "El ejido" (calle Soria, Cáceres...) y también enterramientos en la zona de "Los Caños", hoy calles con nombre de pintores, cerca del polideportivo Municipal "Moisés Ruiz".

El primero de ellos es un hipogeo que se encuentra integrado en la casa nº 73 de la actual calle Blas Infante. Se le conoce como el Columbario y sobre él hubo un bar y varios negocios. Actualmente se ha vuelto a abrir otro establecimiento.

Posee una habitación cuadrangular con dos metros y veinticinco centímetros. En sus dos paredes laterales, de dos metros pre­sentan dos lóculis (hornacina donde depositar las urnas con las cenizas) cada una. La pared de entrada presenta una puer­ta de 90 centímetros de anchura con arco de medio punto. 

El techo es plano, precediendo a esta cámara funeraria se encuentra un pasillo de acceso de tres metros de profundidad con tres escalones de bajada.

En las dos paredes laterales del pasillo se encuentran dos lóculis en cada una, de cuarenta centímetros de anchura y arcos de medio punto de las mismas características que las anteriores. Es una señal del uso a lo largo del tiempo y ampliación de su capacidad.

FOTOGRAFÍA DE PRINCIPIOS DE SIGLO XX EN LA QUE SE OBSERVA EL COLUMBARIO ANTES DE LA EDIFICACIÓN DE LA CASA DONDE SE ENCUENTRA ACTUALMENTE.

Fotografía aparecida en la publicación "Peñaflor a través del Visor" de Pepe Carranza y la Diputación Provincial de Sevilla.

FOTOGRAFÍA DE LA ZONA DONDE SE SITÚAN LOS DOS HIPOGEOS, POCO ANTES DE URBANIZARSE LA CALLE BLAS INFANTE, EN 1973. POR ENTONCES SE LLAMABA CALLE QUEIPO DE LLANO.

Se puede apreciar que esta zona es un pequeño promontorio como lo es la zona del barrio de la Morería y compuesto por roca similar, fácil de perforar, para construir estos enterramientos familiares.


PLANTA DEL HIFOGEO

El otro hipogeo que nos ocupa existe en la misma calle, en concreto en la acera de enfrente y a escasos metros, en el patio de la casa número 34.

Este enterramiento fue descrito por G. Bonsor en "The arqueological expedition along the Guadalquivir". La definió como tumba prerromana, pero al describirla se refiere a ella como la tumba de una familia romana.

Es una estructura realizada en mampostería de una única pieza, con dos partes, una cámara funeraria cuadrangular y un pasillo de acceso. 

El acceso desde el exterior al pasillo, y desde el pasillo a la cámara funeraria se realiza a través de una puerta de 90 cm de ancha y con arco de medio punto.

La cámara tiene dos metros de lado y presenta cinco lóculis: dos en cada una de las paredes laterales y uno en la pared frontal. El techo es recto y el pasillo tiene una longitud algo menor de los dos metros, ensanchándose desde el exterior. 

Igual que en el otro hipogeo, hay cuatro lóculis más en las paredes laterales del pasillo, al reutilizarse a lo largo del tiempo.

PLANTA Y ALZADO DEL HIPOGEO SEGÚN G. BONSOR.


Muchos de estos restos fueron estudiados por el historiador local José Francisco López Muñoz, QEPD, al igual que los ya conocidos, en su ambición porque el patrimonio de Peñaflor fuese puesto en valor y nunca olvidado. Este blog quiere continuar con tan noble labor con la mera intención de que quien lee sienta suyo nuestro pueblo y sea consciente de nuestra importancia pasada, para preservar y poner en valor para las futuras generaciones. Quizá sea otro motor para nuestra economía y sobre todo para el turismo, al mismo tiempo que nos engrandece como pueblo.

1 comentario:

  1. Hola, amigo Lorenzo, ¿no hay fotos actuales de los hipogeos?

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