Las calles se engalanan para tan señalada fecha con los colores de las flores y las macetas y el suelo se cubre de juncias y de romero que se recogen en los días previos.
El contraste con el blanco inmaculado de los trajes de comunión exalta la luz que tenemos en el sur en un festival de los sentidos. Así mismo, muchos portales se adornan con fastuosos altares con pequeñas imágenes religiosas y con elaborados manteles, teniendo en común los símbolos característicos como el trigo o el pan sobre la mesa y el cáliz.
Los niños de paso con la procesión del Corpus se paran en los altares típicos.
Sobre estas líneas Manolito Lopera Fernández rezando en un altar con la imagen de un sagrado corazón, a principios de los 60s.
Estas dos fotos corresponden al altar que Cristóbal Bajo y su mujer, Matilde Chica, decoraban en lo que hasta hace unos años era su tienda de muebles, hoy trasladada más abajo en la misma calle Blancaflor.
El magnífico altar está presidido por la imagen de nuestros Santos patrones y mártires San Críspulo y San Restituto.
Cristóbal Bajo y su mujer, Matilde Chica, presentando su altar en calle Blancaflor, en lo que es el almacén de su tienda a mitad de la subida de la calle. Esplendoroso con las figuras de San Antonio y San José con el niño. Esta foto es más antigua que las anteriores, a mediados de los 90s.
Un bello altar en la calle Juan Carlos I del año 2015. Bella estampa donde las haya.
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