Es bien sabido la repercusión que tiene una gran persona en el ambiente que crea a su alrededor... haciendo florecer aquello que siembra. Este era el caso del tan recordado Don José "El cura" como grandes y pequeños lo conocían. D. José Sánchez Orge llegó a Peñaflor a principio de los 60s, en un momento en que el sacerdocio estaba en Peñaflor bastante lejos de la gente. Sin embargo él por sí solo cambió todo, abriendo de par en par las puertas de la iglesia a niños y mayores, a los que "se llevaba de calle" (nunca mejor dicho) pues congeniaba con todos con sus juegos, sus retos o sus bromas. Todos recuerdan sus caminatas diarias a las piedras negras y al río, con su cantinela del "Veo, veo", o como incentivaba a todos para que fueran a misa con sus rifas y sorteos. Mi padre fue monaguillo junto a todos sus primos "los Lagartos" y alguno que otro como mi otro primo Manuel Domínguez y como sacristán siempre tuvo a Cristóbal Bajo, quien nos ofrece y agradecemos de corazón esta magnífica instantánea. Por allí siempre andaba Gregorio para ponerle la capa los días especiales (como ya contamos anteriormente) y muchos otros que, aunque crecidos ya, no dejaban de acompañarlos a sus excursiones y reuniones.
Su buen hacer influyó en los muchos seminaristas que se hicieron por la época.
En definitiva era un hombre bueno que irradiaba eso, bondad, por donde pasaba, y eso perdura en el tiempo. Aún hoy.
Aquí en esta foto, celebrando cuando hicieron cura propio de Peñaflor a D. José. Están: Manuel Muñoz, D. Luis "El Practicante", "Rebusca", Juan Pedro, Antonio Riejos "El Porrito", D. José, Antonio Fernández, Fernando (seminarista), Cristóbal Bajo, Polonio "El Cartero", Enrique "Riotinto" (seminarista), Francisco Sánchez y Francisco Bajo Largo (seminarista).
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