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domingo, 24 de septiembre de 2017

Con cara de Monaguillos pillos

Aunque siempre ha habido niños que se han acercado más a la vida en la iglesia y a lo religioso, hoy en día no es ni la sombra de lo que antaño se veía en nuestra iglesia y en la plaza y alrededores. Muchos niños participaban activamente en la vida de la iglesia en su papel de monaguillos.
No solo lo hacían en las celebraciones, como es el mayor caso de hoy en día, sino que incluso tenían como obligación tocar las campanas, al menos las de las 12 de la mañana, por lo que, como mi padre, salían del colegio para desempeñar esa y otras labores.
Muchos miembros de mi familia lo fueron, sobre todo con el impulso que le dio al pueblo y su gente el sacerdote D. José Sánchez Orge, al que a pesar de los años y la venida de otras sacerdotes aún se habla de su buen hacer. Incluso fue el partícipe de muchas vocaciones de nuevos seminaristas. Luego vinieron como párrocos D. Eugenio, D. Ramón, D. Marcelino, D. Javier, D. Alberto y ahora D. José Mª.

En los 80s y 90s los monaguillos eran numerosos también y la mayoría de ellos empezaban muy pequeños y se hacían mayores con la sotana.

En esta ocasión Manuel Genicio Muñoz nos regala esta estampa para el recuerdo:

En los años 80's están, un Domingo de Ramos:
-Fila de arriba:
Antonio Muñoz, Miguel "Remache", Antonio Cruz Ruiz "Pantera", Manuel "Chirolo", Juan Diego Garcia y José Sánchez Doblado.
-Fila segunda:
Francisco Sánchez Doblado (hoy es el hermano mayor de la Pro-Hermandad de la Borriquita de Peñaflor), José Muñoz, Javi Bajo (hijo de cristobal) y Rogelio García.
-Fila de abajo:
Manuel Jesús Muñoz, Francisco Álvarez "Pajarito", Manuel Genicio "Patrana", Álvaro García, Hipólito Carranza y Miguel Morales.
Para apreciar la diferencia con la foto anterior, y más aún con la actualidad, os traigo esta magnífica foto de los niños que formaban parte de "Los Reparadores" que iban a ejercer como monaguillos a las puertas de la parroquia con sus maestros. Finales de los 50s.

Y al hilo de la labor de D. José "el cura" en la vida de Peñaflor y sobre todo en las nuevas vocaciones en seminaristas, nuestro amigo Rafael Velasco Riejos nos ofrece esta otra foto y su valiosa información:

De pie y de izquierda a derecha (indicado con S= seminarista):
Juan Copete Carmona (S), Jesús Tallón (S), el chiquillo que está delante es Francisco Lopera que ya hacía sus pinitos como monaguillo, a continuación Juanito (S) (de la familia de los Santos); Enrique Rosado Cruz "Riotinto" (S). A continuación, D. José, Francisco Sánchez (S), Francisco Bajo Largo (S) y Manuel Escudero (S), muchos de ellos ya fallecidos.
Agachados o sentados, de izquierda a derecha: José Luis Parra, Eduardo Meléndez, Rafael Velasco (S), Pedro Luis Meléndez (S), Felipe Vilchez (S) (hijo de un guardia, que se trasladó a Sevilla para que sus hijos estudiaran) y Rafael Meléndez (S).

Y el mismo Rafael Velasco nos cuenta:
Serían los años 1963-64 cuando hubo un boom del número de seminaristas en Peñaflor. Pudo deberse a la puesta en funcionamiento del Seminario menor de "Santa Mª de los Ángeles" en Hornachuelos, para los que se inclinaban por Córdoba y el de Pilas para los que preferían Sevilla, como fue el caso de Rafael Velasco. La inauguración del de Pilas, a principios de los sesenta, fue tan sonada que conllevó hasta el rodaje de una película a nivel nacional de José Luis Ozores, Enma Penella.... que se tituló "Alegre Juventud", sobre los amores de un seminarista.

Realmente estos seminarios se crearon con una mentalidad diferente a como habían funcionado antes: con mucha más apertura. Los seminaristas debían participar más integrados en la sociedad en grupos como los Scout, o colaborando en temas de ayuda a gentes, etc...
En el caso de Peñaflor tuvieron "el terreno abonado" en la persona de D. José, que no solo buscaba los medios económicos (becas de señores particulares como Dª Enriqueta de la Cova) sino que siempre los animaba diciéndoles que probaran, con esa frase que aún recuerda bien: "Antes que un mal cura prefiero personas de bien y buenos padres de familia..." 
Al final, muchos de los que comenzaron de Peñaflor no llegaron a ejercer el sacerdocio o, si lo hizo, fue por poco tiempo, pero todos recordarán aquella época como muy positiva, con una formación humanística de lo mejor que se podría conseguir en España en aquella época: académica, deportiva, artística, habilidades sociales...

Estos y muchos otros recuerdos y anécdotas forman parte de esa historia no escrita de nuestro pueblo, incluso más valiosa aun y solo ustedes pueden ofrecernos fotos e historias como éstas.

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