Aquel estigma en nuestro nombre pervivió por años en el recuerdo y aún hoy hay quien descubre nuestro pueblo por tan fatídica reseña.
Hemos dedicado varias entradas e incontables recortes de prensa a aquellos asesinatos descubiertos en 1904 y a cuyos autores finalmente ejecutaron mediante garrote vil en 1906.
Pero para meternos de lleno en la época, más allá de las imágenes de novelas televisivas como "El Secreto de Puente Viejo" o alguna otra, lo mejor es retrarar la sociedad con documentos.
Los mejores que he encontrado son los siguientes.
¿Cuales eran los nombres de nuestras calles por entonces?
En el padrón de 1905 podemos leerlos, junto a sus habitantes:
Firmado por el párroco Antonio de Rojas el 30 de junio de 1905, éramos 3335 almas
Plaza de la iglesia, Torno Iglesia, Mayor, San Pedro, Arroyo, Cuevas, Nueva, Río, Molino, Arenillas, Povedano, Morería, Castillo, Plaza de la Morería, Cruz de la Morería, Pozo, Blancaflor, Trabuco, Polvero, López, San Antonio, Guerola, Paseo Nuevo, San José y Extramuros.
Además se añadían a este recuento la Estación, la Fábrica de Harinas y la Fábrica de Aguardientes.
La primera columna expresa los habitantes por calle, mientras que la segunda representa a los "vecinos" o cabezas de familia a la que corresponden los primeros, de ahí el número desigual.
Además, "esculcando" (genuina palabra de Peñaflor) entre documentos antiguos encontré varios anuarios que hablan de la actividad económica de nuestro pueblo también de gran importancia para poder hacerse una idea:
Anuario del comercio, industria, de la magistratura y la administración Riaza año 1905
Pero entre estas aportaciones para el estudio de la época el trabajo de este blog va más allá, encontrando anécdotas conmovedoras como la de un amigo de este blog que nos llegó, casualidad o no, buscando antepasados suyos que vivieron en Peñaflor al poner, como búsqueda posible, fechas que aparecieron en la tapa de un reloj de bolsillo de su abuelo peñaflorense y que resultaron ser todas relacionadas con las muertes y ajusticiamiento de los crímenes del Huerto del Francés.
Esas son las historias que me animan a seguir buscando y ayudando a quien busca sobre nuestro pueblo. Igualmente me llegó hace poco la foto de un objeto que de verdad sorprende y estremece al mismo tiempo, pues estuvo allí, en aquella época y lugar cuando todo sucedió:
Este reloj de pared perteneció al "Francés" y estuvo en la casa de "el Huerto" mientras sucedió todo en aquellos principios de siglo. ¿Cómo llegó hasta mí su imagen? Carambolas de casualidades... o quizá no.
Para ver todas las entradas anteriores e información sobre "Los Crímenes del Huerto del Francés pincha sobre el siguiente enlace: Ecos del Huerto del Francés
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