Los pueblos cambian, evolucionan, progresan... pero conservan una esencia, un patrimonio inmaterial que fluye a través de su gente. A Peñaflor le ocurre lo mismo: sus calles y plazas han cambiado bastante a lo largo de las últimas cinco décadas y si echáramos la vista atrás casi no lo reconoceríamos, pero sí lo haríamos al hablar con cualquier peñaflorense de a pie. Nuestro carácter permanece inmutable como pueblo.
Hoy os traigo una de esas escenas que, para bien o para mal, los que nacimos en los 80's nunca vimos ni vivimos.
Parece una escena sacada de las películas de Mario Camus o más bien de un Belén viviente (típico de estas fechas). Pero no, es la pura realidad que se vivía en Peñaflor a principio de los 50's, cuando no había agua corriente en las casa y, además de acarrear el agua de las fuentes municipales para beber y guisar, se iba a lavar la ropa a la orilla de los arroyos o la Fuente Oñarda.
En este caso, esta foto que nos regala Rosario Rosa Triguero se hizo en lo que hoy es la calle Alfarería, en el barrio de Cantarranas, mi barrio. Éste arroyo no era el principal de "las Moreras" y al que se unía la Fuente Oñarda y la del Médico a su paso por el pueblo. Este arroyo era el que venía desde la carretera del Turuñuelo y cruzaba el puentecillo de "El llano" para meterse por lo que hoy es "La Zona Comercial San Cristóbal" y desembocar en el arroyo de las Moreras, antes llamado "de Tablada".
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