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domingo, 20 de diciembre de 2020

Personajes de nuestro pueblo: Antonio Naranjo García "El Pregonero"

Hemos tratado de rememorar más que personas, personajes de nuestro pueblo, esos que permanecen en la mente colectiva por su forma de ser, sus acciones y su singularidad. Ya hablamos por ejemplo de Gregorio (tío de Carmela Ruiz), el médico De. Arturo, Lola "la del chozo", el zapatero Alonso Doblado o Francisco Villarino "Chico Minini". Personas entrañables y llenas de buenos valores que aún hoy están presentes a pesar del tiempo. Hoy os traigo otro de ellos, que seguro recordaréis con cariño:

Antonio era un hombre alto y en su vejez prematura caminaba con su bastón por las calles del pueblo, cabizbajo, porque solo veía bultos por uno de sus ojos, pero percibía com nadie otras muchas cosas...

Tenía su casa en la calle San Pedro, junto a su hermana Francisca y su sobrina Ana.

Nació cuando su hermana tenía ya nueve años y, al poco tiempo, sus padres se dieron cuenta que no seguía los objetos con la vista. Tenía cataratas congénitas o "de leche". Se las detectó el oculista D. José Morón, derivado de su hermano, el médico del pueblo D. Baldomero Morón, que tenía consulta en lo que luego fue "La Ciudad de Málaga", en la plaza de la Constitución. 

Sus padres decidieron operarlo cuando cumpliera algún año más y su hermana dejó de estudiar para cuidarlo mientras ellos salían a trabajar.

A los tres años jugueteaba mucho por el comercio de los Fernández (lo que mucho después fue la tienda del portugués) a pesar de su falta de visión.

su padre, faenero, tenía mucha relación con D. Laureano Fernández, quien se hizo cargo de los gastos de la operación, poniéndose en contacto con su hijo Aurelio, médico.Gracias a ellos lo operó, finalmente, D. Ramón Rivas, en su clínica particular. al ser tan pequeño y las curas tan grandes, el niño no aguantaba el dolor y a consecuencia de ello no recuperó la visión de un ojo y la del otro, solo en parte.

A los doce años lo operó de nuevo D. José Morón y esta vez se encargó de las curas D. Baldomero, recuperando parte de la visión en el ojo derecho.

D. Juan Morales, canónigo de Sevilla y tío del cura de Peñaflor D. Andrés Guillén, le ofreció ir a un colegio especializado para ciegos e incluso estuvo ilusionado con la idea, pero cuando supo que tendría que separarse de su familia, decidió quedarse en el pueblo.

Siempre fue conocido en el pueblo, andando de acá para allá con total soltura. Ya de pequeño lo llevaba en "el cuadril" su hermana a su trabajo en los telares de la fábrica.

En su adolescencia se iba al carnaval, al baile de los faeneros en la calle Nueva, tocando el pianillo de manubrio.

Más mayor frecuentaba mucho la iglesia y se le daba muy bien cantar en misa. Así que el sacerdote por entonces, D. Vicente Martínez Seda, hermano de Polonio "El cartero" se lo llevaba de Sorchantre (cantador) a ceremonias importantes a otras Parroquias.

Antes y después de la guerra civil formó parte de los campanilleros y tocaba el triángulo cantando muy bien.

Con 19 años aprendió algo de guitarra con el "Maestro Tacones" que también enseñó a Telesforo Carrera.

Al llegar la edad de realizar la Mili, Paco Ruiz y Alonso Fernández lo llevaron a Sevilla para que lo declararan no apto.

Fue el primer pregonero de Peñaflor y, después de la Guerra, empezó a dar los bandos del Ayuntamiento por las esquinas. Siempre le acompañaba un municipal que tocaba la trompetilla y le leía el bando para que luego él lo voceara.

Al principio le pagaban 15 céntimos y en 1959 cobraba 25 céntimos. Fue cuando se hizo cargo de los cupones y los bandos los pasó a dar Perico.

Ya mayor, en 1980 tuvo una congestión que afectó a la lengua y mano derecha, aunque siempre gozó de buena salud.

Sus grandes aficiones eran escuchar los partidos del Betis y las corridas de toros y siempre que podía, echaba un ratillo antes de comer en el Bar Solis, donde se solía juntar con Machío o el padre de Cristobilla.

Este texto resultó de una entrevista que hizo Mª dolores Ruiberriz a Antonio y su hermana para la revista de feria de 1984. Un abrazo para ella y su buen hacer.

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