Cuando los primeros socios la construyeron en 1878, cambiaron el contorno y la vida entera en nuestro pueblo pues, junto con la llegada del ferrocarril y la minería que nos dotaban de dos embarcaderos propios, supuso una explosión económica sin precedentes, dando trabajo a cientos de hombres y mujeres directa e indirectamente. Este fulgurante negocio pasó de manos varias veces, perteneciendo incluso al estado como abastecimiento del ejército durante la guerra civil, albergando un destacamento militar.
La fatalidad se cebó con nuestro orgullo, primero con el cambio en el curso del río tras la crecida de 1963, dejando sin producción eléctrica a su aceña y sobre todo, con el incendio acaecido en 1924 que la finiquitó.
En esta ocasión en concreto os traigo el recorte de prensa de la inauguración, de un avances tecnológico para la época en la propia fábrica, y la siguiente, el momento final de su incendio.
El Diario El Guadalete (periódico político y literario) del 10 de marzo de 1899 nos habla sobre la inauguración de la iluminación por acetileno en la fábrica de los todavía dueños "Sobrinos de Peña y Primo", junto con el propio inventor de esta tecnología, Juliá.
Diario La Rioja del día 28 de marzo de 1924 que, a parte de relatarnos el nefasto acontecimiento del incendio, nos describe el edificio en ese momento y lo que contenía, así como una cuantía de las pérdidas que supuso. Todo un dato revelador.
Para profundizar más os remito a leer el magnífico libro de Carmen Carmona Huelva y Manuel González Sánchez sobre este simbólico edificio de Peñaflor que, sin embargo, cualquier día desaparecerá si no se actúa sobre sus vestigios.
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