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domingo, 24 de noviembre de 2019

30 años de la última gran riada en Peñaflor

Es duro recordar aquellos momentos tan nefastos, pero necesario para prevenir volver a cometer los mismos errores y sufrir los mismos desastres.
Aquel 23 de noviembre de 1989 pudo ser muchísimo peor ya que, por suerte, el culmen de ese episodio ocurrió en las primeras horas de la mañana y las aguas no encontraron a nadie durmiendo.
Por otro lado las pérdidas materiales fueron enormes y muchas familias de las calles Arroyo, Morería, Pared Blanca, Fuente Oñarda, alfarería, Plaza, Pablo Iglesias, Ramón y Cajal, Juan Carlos I, San Pedro y Avenida de Sevilla sufrieron la casi total pérdida de sus casas y enseres.
Pronto después El ayuntamiento y los habitantes de nuestro pueblo se pusieron manos a la obra para ayudar con una gran recaudación para los damnificados, así como Cáritas Parroquial con la restitución de ropa y comida. También se les proporcionó casas a los más afectados hasta poder volver a las suyas propias.

Pero, aquella riada vino ocasionada por la colmatación del arroyo de Las Moreras (antiguamente llamado de Tablada) que se desbordó por la zona inundable frente al Polideportivo Municipal y mucho más arriba desde "el puente de los Cinco Ojos", arrasando y arrastrando todo a su paso, formando ya una enorme catarata en la Fuente Oñarda, donde hoy está el parque de Las Moreras.
Las casas que entonces en el parque bajo la carretera de Sevilla fueron barridas completamente y las de la Fuente Oñarda quedaron bajo el agua completamente.
Muchas paredes fueron atravesadas por la fuerza del agua y los sedimentos, comunicando casas y locales. En algunos lugares se abrieron socavones por los que se perdieron enseres e incluso motos.
La señal del barro podía verse a más de 2 metros de altura.


En otras ocasiones, otras riadas se han documentado desde la antigüedad, pero todas ellas ocasionadas por las incontroladas crecidas del Guadalquivir, sobre todo antes de ser canalizado en parte o embalsado.
Famosa es la riada de 1963 que llevó el agua hasta el centro del pueblo y se recuerdan incluso barcas aparcadas en la ventana de la actual Biblioteca Municipal.



Estas dos son fotos recopiladas por Pepe Carranza e "Peñaflor a través del Visor"

Riada el 17 de febrero de 1963 al final de la calle Arroyo. Foto de Juan Naranjo (Papelería Naranjo).

En aquella famosa riada del 63 entre otras cosas el río cambió su curso, dejando sin abastecimiento a las turbinas de la Aceña y azuda y sin electricidad a la Fábrica de Harinas y Yute y a nuestro pueblo.

Peñaflor ha sido siempre un referente en el aviso de riadas por el medidos o "Metro" que aún conserva en la salida precisamente del arroyo de las Moreras. Con este medidor se avisaba a Sevilla en previsión de evacuación como aquella riada tan sonada del Tamarguillo en la capital, y muchas otras anteriormente.

Estos procesos naturales son cíclicos entre periodos de sequía y lluvias prologados que, con el proceso de cambio climático tienden a ser más intensos y virulentos como ha ocurrido ya con la "gota fría" en el levante español.

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