Pero fue el 14 de agosto de 1927 cuando de la mano del párroco Andrés Guillén y del alcalde Indalecio Téllez (abuelo del electricista actual del mismo nombre) de quienes se pondría la imagen sobre una carreta de Antonio Parias y tirada por los bueyes "Lagartijo y Balconero" guiados por Antonio Cruz "El Soldadito" (Tío de Plácida) para llegar a su segunda casa, la iglesia de San Pedro Apóstol, en Peñaflor.
Día grandioso, en el que después del camino se haría una gran velada o verbena en la plaza de España, por entonces sin pavimento, de tierra, y con una palmera en el centro. Más tarde se quitaría para colocar el tablao para los músicos dirigidos por el maestro Narciso.
Allí también se distribuían otros entretenimientos como los famosos caballitos de Juan Pedro, accionados manualmente y con una musiquilla pegadiza muy repetitiva "Al pasar por la puerta del sol: bomba, gallo, gallito y pastor". También había trileros y juegos como el pimiento y el tomate, el tío y la tía... que se esfumaban rápidamente al llegar la pareja de la guardia civil.
Delante del antiguo ayuntamiento la pista de baile de cemento en la que se bailaban pasodobles, tango o vals.
En la esquina de la calle largo estaba el quiosco de bebidas del Tato, luego de Espino, (padre del actual Chico). Frente a la casa de Pepe López el puesto de helado y barquillos de mis bisabuelos Lorenzo y Balbina (padres de mi abuela Balbina) y más allá las garbanceras y el puesto de turrón. Junto a bar Solís un puesto de juguetes y en frente el quiosco de Alonso con mesas. Detrás la tómbola, bajo el azulejo de la virgen, al lado de Juana la de los jeringos. Las cunitas en la puerta de Don Arturo y en el centro las cucañas verticales y horizontales.
De allí, en el año 46 pasó a hacerse cerca de los grupos escolares (Hoy Av. San Fernado) al estilo de una Feria de Ganado, y al no resultar, finalmente recaló en el paseo de la Estación y años después al recinto actual en "La Expo".
Fotografía y datos aportados por Antonio Linares y Paquita Sánchez que nos refrescan la memoria tan remota de nuestras fiestas.
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